Más de un centenar de generales retirados enviaron una carta a los líderes del Congreso y miembros del gabinete del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para alertar sobre el peligro de recortar fondos a la diplomacia.

La misiva intenta advertir al Congreso sobre el peligro de aprobar la propuesta presupuestaria para el nuevo año fiscal de Trump, que propone recortes de 54 mil millones de dólares en agencias federales (entre ellas el Departamento de Estado) para transferir ese dinero al Pentágono, la rama mejor dotada del gobierno estadounidense.

“Muchas crisis a las que se enfrenta nuestro país no tienen solamente una solución militar”, explica la carta, que cuenta con nombres como el general retirado Keith Alexander, ex director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), o John Allen, ex jefe de las tropas estadounidenses en Afganistán y uno de los más prestigiosos.

En una entrevista ayer con el canal CBS, Allen dijo que recortar el presupuesto del Departamento de Estado en 30%, como contempla la propuesta de Trump, condenará al país a la guerra: “No podemos combatir para salir de todo problema. Son problemas que deben decidirse con diplomacia y desarrollo”, señaló.

“Como el secretario [de Defensa] James Mattis dijo cuando era comandante del Comando Central: si no se dota de fondos adecuados al Departamento de Estado, necesitaría comprar más munición”, señala la carta.

“Las Fuerzas Armadas lideran la batalla contra el terrorismo en el campo de batalla, pero necesitan socios civiles fuertes contra los impulsores del extremismo: la falta de oportunidad, esperanza e inseguridad”, añaden los generales, quienes piden que el presupuesto para asuntos diplomáticos y de cooperación se mantenga “en línea con el aumento de las amenazas globales y las oportunidades” que afronta EU.

La carta está dirigida al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, el líder de la mayoría conservadora en el Senado, Mitch McConnell, y los líderes de las minorías demócratas del Congreso, la congresista Nancy Pelosi y el senador Chuck Schumer.

Los generales adjuntan una copia al secretario de Defensa, James Mattis; el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el Consejero de Seguridad Nacional, H.R. McMaster.

Ayer mismo, legisladores republicanos alertaron que el plan de Trump de recortar en más de una tercera parte los fondos del Departamento de Estado podría enfrentar fuerte oposición en el Congreso.

“Esto está muerto al llegar, no va a pasar”, dijo el senador republicano de línea dura, Lindsey Graham, quien preside el subcomité de gastos en operaciones estatales y extranjeras del Senado.

Es imperativo que el uso del “poder suave” continúe siendo una prioridad de seguridad nacional, enfatizó, al señalar que si Trump presenta un plan para recortar drásticamente los fondos de asistencia extranjera “el Congreso lo rechazará”.

El Wall Street Journal y otros medios de Estados Unidos reportaron ayer que la administración de Trump está proponiendo recortar el presupuesto del Departamento de Estado y de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en 37%, para compensar su propuesta de subir a 54 mil millones de dólares el gasto en defensa.

Mitch McConnell, líder del Partido Republicano en el Senado, subrayó que “la parte diplomática del presupuesto federal es muy importante” y que a menudo cuesta mucho menos alcanzar el progreso de esa forma que por el lado de defensa, añadiendo que no está “a favor” de reducir el presupuesto para la diplomacia de Estado y de ayuda al extranjero. El senador republicano Marco Rubio coincidió. “Ayuda al extranjero no es caridad”, retuiteó.

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