Alemania se encontraba ayer entre el luto, por la muerte de 12 personas en el ataque en un mercado navideño, y el aumento de la alerta de seguridad ante la certeza de que el responsable se dio a la fuga.

Las autoridades reconocieron ayer que el hombre que fue detenido el lunes en el lugar de los hechos —identificado como un paquistaní de 23 años que había solicitado asilo— no estuvo involucrado y fue liberado.

“No podemos excluir que el autor del atentado huyó”, reconoció en entrevista con la televisión pública el ministro de Interior, Thomas de Maizière.

En consecuencia, el agresor sigue suelto, muy probablemente está armado y responde a las órdenes de la milicia terrorista Estado Islámico (EI).

Ayer mismo, el EI reclamó la autoría del atentado a través de la agencia de noticias Amak, que funge como portavoz del grupo. En un comunicado en internet señalaron que un “soldado del Estado Islámico” fue responsable.

Por su parte, el fiscal general alemán, Peter Frank, confirmó que el hecho fue un atentado terrorista. “El modus operandi es similar al seguido por islamistas”, declaró.

“El símbolo del mercado de Navidad nos hace pensar que se trata de un atentado terrorista”, aseguró. El ataque acabó con la vida de 12 personas y causó heridas a otras 48. Hasta ahora han sido identificados un polaco, el chofer del camión, y seis alemanes. Además, hay 18 heridos que se encuentran en estado crítico.

La policía berlinesa llamó ayer a la población a permanecer al pendiente. “El detenido niega el delito. Por ello estamos especialmente alerta. Por favor, estén también alertas”, señaló un mensaje de la Policía en Twitter.

En tanto, se incrementó notablemente la presencia policiaca en estaciones ferroviarias y aeropuertos de la capital alemana y de la vecina región de Brandeburgo.

Un día triste. “Es un día muy duro, estoy profundamente triste”, expresó ayer la canciller alemana, Angela Merkel, en una breve alocución, en la que calificó el hecho de “cruel e inconcebible”.

Llamó a sus compatriotas a no dejarse llevar por el pánico. “No queremos vivir en una situación en la que el miedo al mal nos paralice”, dijo y prometió pronto esclarecimiento de los hechos.

“Aún cuando resulte difícil en estas horas, encontraremos la fuerza para vivir la vida como la queremos vivir en Alemania: libres, mancomunados y abiertos”, dijo la mandataria antes de colocar rosas blancas en un altar que se instaló en el lugar del hecho.

Berlín rindió homenaje a las víctimas en un oficio religioso en la Iglesia Memorial del káiser Guillermo, ubicada justo frente al sitio del ataque, y cerca de la Puerta de Brandeburgo, que fue iluminada con los colores de la bandera alemana.

La Liga alemana de fútbol anunció que recordará esta jornada a las víctimas de Berlín, con un minuto de silencio antes de cada partido. Además, los jugadores lucirán un brazalete negro.

A pesar del atentado, la ciudad de Berlín informó que no suspenderá la tradicional fiesta de Nochevieja, frente a la Puerta de Brandeburgo, ni clausurará las ferias de Navidad, aunque se

redoblarán las medidas de seguridad.

Condolencias internacionales. Jefes de Estado y gobierno, así como líderes internacionales enviaron sus condolencias al gobierno alemán.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se comunicó por teléfono ayer con la canciller alemana para ofrecerle el apoyo de su país para esclarecer lo ocurrido.

Dijo que “ningún ataque podría influir en la determinación” de ambos países “para derrotar el terrorismo en todas sus formas”.

El mandatario francés, Francois Hollande, también se comunicó con Merkel, y anunciaron la movilización de los servicios de seguridad alemanes y franceses para combatir los “excesos del terrorismo”.

El presidente ruso, Vladimir Putin, envió un telegrama al gobierno alemán en el que calificó el ataque como un “crimen cruel y cínico”.

También condenaron el ataque el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el papa Francisco.

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