Un día de sobresaltos: un huracán rumbo a degradarse a tormenta tropical, un terremoto saldado sin víctimas humanas ni daños materiales y un riesgo de tsunami desvanecido sin impacto estremecieron ayer a Centroamérica y agudizaron las alertas regionales ante el asedio combinado de fenómenos naturales que se produjeron desde el mar Caribe y el océano Pacífico.

El ojo del huracán Otto entró a tierra firme de Centroamérica ayer a las 11:15 horas (tiempo de México) por el sur de la costa de Nicaragua sobre el Cari-be con vientos sostenidos cercanos a 175 kilómetros por hora y avanzó con fuertes lluvias al sureste, sur y suroes-te nicaragüense y el noreste, norte y noroeste costarricense.

Poco después, un terremoto de 7.2 en la escala de Richter, cuyo epicentro se ubicó a 33 kilómetros de profundidad en el Pacífico frente a la costa del suroriental departamento salvadoreño de Usulután, sacudió a Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica alrededor de las 12:43 horas y, casi de inmediato y siguiendo sus protocolos, los gobiernos de Managua y San Salvador lanzaron una alerta de tsunami que, al descartarse riesgos, fue desactivada en la tarde.

Los datos sobre ambos eventos, con registros oficiales de los gobiernos del istmo, marcan una fecha de alarma para una región que, aparte de un historial de guerras, dictaduras y desenfrenada violencia criminal, exhi-
be también un pasado de terremotos, huracanes, maremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, avalanchas, tempestades, tornados y demás desastres naturales.

El huracán. Otto viajó de este a oeste en su paso del Caribe al Pacífico y el ojo se movió por el norte de Costa Rica y el sur de Nicaragua.

El meteoro disminuyó su potencia de categoría 2 y se preveía que anoche mermara a tormenta tropical, con vientos de 110 kilómetros por hora.

Sin embargo, a su paso provocó fuertes lluvias e intensos vientos que en Nicaragua y Costa Rica causaron daños en casas, edificios e infraestructura agropecuaria, vial, eléctrica, así como en las redes de telecomunicaciones. Pese a todo, no había reportes oficiales de víctimas humanas aunque todavía falta un balance oficial del impacto.

Lo que sí hay son miles de damnificados en albergues, donde se reparten alimentos, colchones, frazadas y otros bienes.

Nicaragua, que ayer decretó emergencia nacional por Otto y por el temblor, y Costa Rica, que lo hizo antenoche por el ciclón, soportaron ayer la acometida del meteoro, que surgió la semana pasada como depresión tropical, se convirtió el lunes en tormenta tropical, al día siguiente en huracán y en la madrugada del miércoles de nuevo en tormenta tropical.

El fenómeno meteorológico recobró su potencia durante la tarde del miércoles y ayer, como huracán categoría 2, arremetió desde el Caribe sobre la costa de ambas naciones y prosiguió hacia el oeste de la frontera costarricense-nicaragüense a una velocidad de unos 19 kilómetros por hora, aseguró el (estatal) Instituto Meteorológico de Costa Rica.

Las proyecciones sobre Otto apuntan a que se degradará de nuevo a tormenta tropical rumbo al Pacífico y que su salida al mar sea en las primeras horas de este viernes.

El sismo. La intensidad del terremoto no fue menor y, aunque la amenaza de tsunami se diluyó, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) de El Salvador informó que se produjeron “pequeños cambios en el nivel” de las aguas marinas en distintos sitios y recomendó a la población evitar ingresar al mar, que pese a que “la mayor amenaza” ya pasó. Al menos hasta el mediodía de mañana pueden ocurrir variaciones en la velocidad de las corrientes marinas, advirtió.

Tras el movimiento principal se registraron al menos seis réplicas, la mayor de 5 en la escala Richter y la menor de 4.2, precisó el ministerio.

“Sólo el susto”, narró el periodista salvadoreño Álvaro Cruz, editor del diario El Mundo, de San Salvador, a EL UNIVERSAL. “Nada, gracias a Dios”, remató.

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