Un helicóptero de la policía se estrelló ayer en Río de Janeiro, por lo que murieron cuatro oficiales, tras un día de intensos combates entre las autoridades brasileñas y presuntos narcotraficantes en la favela conocida como Cidade de Deus (Ciudad de Dios).

Aún no estaba claro si el helicóptero fue alcanzado por disparos o si otro factor causó su desplome. En un comunicado, la policía dijo que investigaba el accidente. La filmación de un aficionado que envió el video a estaciones locales de televisión muestra la caída del helicóptero. La aeronave cayó en un área residencial cercana a Ciudad de Dios, pero se estrelló en un espacio despoblado cerca de una autopista.

Los bomberos recuperaron las cuerpos de las víctimas de entre los restos del helicóptero el sábado por la noche. La violencia y la delincuencia han estremecido a Río de Janeiro, pocos meses después de que la segunda mayor ciudad de Brasil fue sede de los Juegos Olímpicos 2016.

Después de la caída del vehículo, un escuadrón del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la policía entró a Ciudad de Dios en busca de traficantes.

En el caso de que así lo indiquen las pericias, no sería ésta la primera vez que un helicóptero de la policía es derribado por narcotraficantes en Río. En octubre de 2009, en el Morro dos Macacos, zona norte de la ciudad, dos agentes murieron tras ser impactada su aeronave por los disparos de los criminales.

Una recesión económica, un alto desempleo y las ajustadas finanzas públicas han envalentonado a los delincuentes en áreas como Ciudad de Dios. En años recientes, la policía ha logrado desarticular a traficantes de drogas y otras pandillas.

Sin embargo, la delincuencia sigue creciendo mientras el gobierno estatal, responsable de buena parte de la seguridad en una región donde residen más de 16 millones de personas, enfrenta un déficit presupuestario de unos 5 mil 910 millones de dólares.

La tasa de asesinatos hasta septiembre en Río trepó casi 18% frente al mismo periodo del año anterior, a 3 mil 649 muertes reportadas, según estadísticas del estado.

La delincuencia en las calles, incluyendo asaltos en el transporte público, subió en 44%, a casi 92 mil casos reportados. Aunque la ola delictiva en Río sigue siendo menor que en sus peores momentos de las décadas de 1980 y 1990, los recientes combates entre autoridades y bandas criminales, y la caída del helicóptero, hacen recordar los periodos en los cuales estallaron conflictos sociales en la ciudad brasileña.

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