Madrid.— Mariano Rajoy es presidente de España tras 10 meses de gobierno en funciones y dos elecciones consecutivas. El político conservador logró ayer la investidura con 170 votos a favor: los de su formación —el Partido Popular, PP—, Ciudadanos y Coalición Canaria. No llegó a los 176 que suponen la mayoría del parlamento, por lo que sólo logró imponerse gracias a la abstención del Partido Socialista (PSOE), que por primera vez en su historia facilitó el gobierno de un partido de derechas.

La legislatura se presenta complicada para el nuevo gobierno. La Unión Europea impone a España un recorte de 5 mil 500 millones de euros y encontrarse en minoría parlamentaria obligará a Rajoy a negociar con sus rivales los votos necesarios para aprobar cada ley.

A pesar de ello, el discurso del nuevo presidente no fue conciliador y le exigió al PSOE que siga apoyándolo por responsabilidad institucional, permitiendo que su gobierno esté “en condiciones de gobernar y no de ser gobernado”. De lo contrario, Rajoy ya ha dejado ver que convocará de nuevo elecciones, en un momento en que el PSOE está dividido y las encuestas señalan que sus votantes tradicionales lo castigarían por dejar gobernar al PP pese a sus numerosos casos de corrupción.

Quince de los 83 diputados del PSOE rompieron la disciplina y votaron contra Rajoy, desafiando a la dirección de su partido, que obligaba a la abstención para evitar esas terceras elecciones que podrían serle tan perjudiciales. Los diputados rebeldes argumentan que apoyar al PP significa incumplir el programa político del PSOE y defraudar la confianza de sus votantes.

Las caras de tristeza anoche eran generales en los representantes socialistas, incluso entre quienes obedecieron al partido. “Hoy se acaba el bloqueo político en España después de un año”, dijo Antonio Hernando, el mismo portavoz del PSOE que desde junio venía repitiendo que nunca haría presidente a Rajoy. “Pero ni usted ni su proyecto cuentan con nuestra confianza”, atacó a Rajoy pocos minutos antes de abstenerse para hacerlo presidente.

El pleno resultó de una inusitada aspereza. No fueron los conservadores quienes recibieron la mayoría de críticas de la oposición, sino el PSOE, al que varios portavoces de la izquierda acusaron de traidores. Pablo Iglesias, de Podemos, definió la legislatura que se abre como un “epílogo” del turnismo entre el PSOE y el PP, y se presentó como jefe efectivo de la oposición, desairando a los socialistas.

Las otras dos noticias del día quedaron fuera del parlamento. La primera de ellas fue la dimisión de Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE contrario a que gobernase el PP y que fue depuesto a principios de octubre por una rebelión de los defensores de la abstención. Unas horas antes de la votación de ayer, abandonó con lágrimas su puesto en el parlamento para evitar hacer presidente a Rajoy. También pidió un congreso dentro de su partido, en el que todos aventuran que intentará recuperar el poder.

Mientras se desarrollaba la investidura, en las calles cercanas al parlamento unos 10 mil simpatizantes de asociaciones de izquierda convocaron una gran protesta “contra un gobierno ilegítimo”, por considerar que la abstención del PSOE y la destitución de Pedro Sánchez fueron impulsadas por empresarios afines a la derecha que deseaban evitar un gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos. Un millar de policías impidieron que los manifestantes se acercaran al parlamento.

Una vez informado el rey de España, Felipe VI, del resultado de la votación, Rajoy podrá jurar el cargo, algo que podría ocurrir tan pronto como este lunes. El jueves Rajoy anunciará quiénes serán sus ministros. Albert Rivera, de Ciudadanos, declaró tras la investidura que “este sábado al fin se pone en marcha España”.

El país ha pasado 316 días con un gobierno en funciones que no podía proponer leyes nuevas. Es la tercera mayor marca en un país democrático contemporáneo. Bélgica vivió 541 días de parálisis entre 2010 y 2011, y Camboya 353 entre 2003 y 2004.

Peña Nieto felicita. El presidente Enrique Peña Nieto felicitó a Rajoy por su designación como presidente del gobierno español y le deseó éxito en sus labores al frente de esta nación europea.

El Presidente de México sostuvo una llamada telefónica con Rajoy, a quien expresó su confianza en que la relación entre los dos países continuará por la senda de los acuerdos.

Vía Twitter, Peña Nieto señaló: “Muchas felicidades @marianorajoy. Le deseo éxito al frente del gobierno y le reitero que @Mexico seguirá estando muy cerca de España”.

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