Casi todos los húngaros que votaron en el referendo del domingo rechazaron las cuotas de inmigración de la Unión Europea, pero la participación fue demasiado baja para que la votación sea válida, un revés para las esperanzas del primer ministro Viktor Orban de una victoria clara con la que desafíar a Bruselas.


El líder de derecha, cuya línea dura sobre la inmigración ha sido criticada por grupos de derechos humanos pero es popular en su país, dijo que los legisladores de la UE deben prestar atención al resultado "excepcional" del referendo.


Orban dijo que más húngaros rechazaron las cuotas de inmigración que los que votaron por una membresía de la UE en un referendo antes de la adhesión de su país en el bloque en el 2004.


Unos 3,249 millones de votantes rechazaron las cuotas, en comparación con los 3,056 millones de sufragios en el 2003 a favor de unirse a la UE.


"Trece años después de que una gran mayoría de los húngaros voto en un referendo para unirse a la Unión Europea, hoy los húngaros dejaron sentir su voz de nuevo sobre un asunto europeo", declaró Orban.


"Hemos logrado un resultado excepcional, porque hemos superado el resultado del referendo de acceso", dijo en una conferencia de prensa en la que no aceptó preguntas.


La Oficina Nacional de Elecciones dijo en su sitio de internet que el 98.3 % de los que votaron el domingo rechazó las cuotas, con el 99.97 % de los votos escrutados.


Sin embargo, sólo el 40 % de unos 8,26 millones de personas con derecho a voto emitió un sufragio válido, por debajo del 50 % necesario para legitimar el resultado. El recuento final se espera para la próxima semana.

jlcg

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