Nueva York.— Fiscales estadounidenses acusaron ayer al principal sospechoso de los ataques con explosivos del fin de semana en Nueva York y Nueva Jersey, Ahmad Khan Rahami, del delito de “uso de armas de destrucción masiva”, entre otros.

De acuerdo con documentos judiciales, además de “uso de armas de destrucción masiva”, a Ahmad se le acusa de “atentar en un lugar de uso público”, de “destrucción de la propiedad por medio de fuego o explosivos” y del “uso de un dispositivo destructor en el desarrollo de un delito con violencia”.

La denuncia penal federal fue revelada al tiempo que emergían más detalles sobre el pasado del ciudadano estadounidense nacido en Afganistán, incluyendo revelaciones de que el FBI lo había investigado en 2014 sin haber hallado nada.

Ahmad, de 28 años, fue detenido en la mañana del lunes tras un tiroteo en la ciudad de Linden (Nueva Jersey).

En ese hecho disparó a un policía, lo que llevó a la fiscalía del condado de Union a presentar el lunes cargos en su contra por intento de asesinato y se le impuso una fianza de 5.2 millones de dólares.

Ayer, el hombre permanecía hospitalizado por los impactos de bala que recibió en una pierna, antebrazo y hombro. Los agentes federales han intentado interrogarlo, pero el representante republicano de Nueva Jersey, Tom Mac-Arthur, quien recibió información confidencial del FBI, reveló que el acusado se niega a cooperar.

En 2014 el FBI lo comenzó a investigar luego de que el padre de Ahmad, Mohammad Rahami, expresara preocupación de que su hijo pudiera ser un terrorista; sin embargo, el hombre se detractó de sus declaraciones y dijo a los detectives que su hijo se rodeaba de personas equivocadas, incluyendo miembros de pandillas, y actuaba como un maleante, destacaron las autoridades.

Lo ocurrido entonces fue después de que Ahmad fuera acusado de apuñalar a su hermano, según dijeron funcionarios que no estaban autorizados a discutir la investigación y hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato. Ahmad no fue a juicio por el apuñalamiento porque un jurado investigador se negó a presentar cargos.

Ayer, el padre de Ahmad habló con la prensa y dijo que en ese momento habló con el FBI porque su hijo “estaba muy mal” tras apuñalar a su hermano y golpear a su mamá.

“Pero revisaron, durante casi dos meses, y dijeron: ‘Está bien, no es un terrorista’. Ahora dicen que sí lo es”, expresó el padre. Cuando se le preguntó si creía que su hijo era un terrorista, respondió: “No. Y el FBI lo sabe”.

La revelación de los contactos del padre con el FBI genera dudas sobre si las autoridades pudieron hacer algo más para determinar si Ahmad tenía aspiraciones terroristas. El FBI alega que revisó sus bases de datos y otros recursos y cerró la investigación al no encontrar vínculos entre Rahami y el terrorismo, señalaron tres funcionarios de la ley.

Por otra parte, medios estadounidenses revelaron que las autoridades descubrieron una nota escrita a mano y una pequeña computadora portátil en las que había referencias al fallecido líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden, así como al clérigo yihadista Anwar al-Awlaki. También se reveló que cuando Rahami fue capturado llevaba una libreta consigo en la que había divagaciones extremistas.

En una sección manchada en sangre se incluían referencias tanto a Anwar al-Awlaki, el clérigo nacido en Estados Unidos que murió en 2011 en un ataque de dron y cuyos sermones inspiraron otros actos de violencia, como a Nidal Hassan, el ex oficial del ejército que perpetró un tiroteo masivo en Fort Hood, Texas, en 2009.

Los investigadores indagan los viajes del sospechoso al extranjero, incluyendo una visita a Paquistán hace algunos años, y quieren saber si recibió dinero o entrenamiento por parte de organizaciones terroristas.

La Casa Blanca consideró la explosión de las bombas como “un acto de terrorismo”, mientras continúan las investigaciones sobre si Rahami tuvo cómplices.

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