El sospechoso Ahmad Khan Rahami fue acusado el martes de colocar una serie de explosivos en Nueva York y Nueva Jersey, incluyendo uno que causó heridas a casi 30 personas al detonar en una ajetreada avenida de Manhattan.

La denuncia penal federal fue revelada al tiempo que emergían más detalles sobre el pasado del ciudadano estadounidense nacido en Afganistán, incluyendo revelaciones de que el FBI lo había investigado en 2014 sin haber hallado nada.

Antes de que se presentaran cargos federales, Rahmani, de 28 años de edad, se encontraba detenido con una fianza de 5.2 millones de dólares luego de ser acusado del intento de homicidio de los policías durante un tiroteo que derivó en su captura el lunes a las afueras de un bar de Linden, New Jersey.

No quedó claro de inmediato si el acusado cuenta con un abogado para comentar sobre las acusaciones. Rahami permanece hospitalizado debido a los impactos de bala que recibió en una pierna, antebrazo y hombro.

Los agentes federales han intentado interrogar a Rahami en el hospital. Pero el representante republicano de New Jersey, Tom MacArthur, quien recibió información confidencial del FBI, dijo que el acusado no coopera con la investigación.

La investigación del FBI en 2014 comenzó luego de que su padre expresara preocupación por que su hijo pudiera ser un terrorista, informaron el martes funcionarios del orden. Durante la investigación, su padre se retractó de sus declaraciones de terrorismo y simplemente les dijo a los detectives que su hijo se rodeaba de las personas equivocadas, incluyendo miembros de pandillas, y actuaba como un maleante, destacaron las autoridades.

En cualquier caso, el FBI revisó sus bases de datos y otros recursos y cerró la investigación en cuestión de semanas al no encontrar vínculos entre Rahami y el terrorismo, señalaron tres funcionarios de la ley.

También el martes, los investigadores revelaron que cuando Rahami fue detenido y capturado, llevaba una libreta consigo en la que había divagaciones extremistas.

En una sección manchada en sangre se incluían referencias tanto a Anwar al-Awlaki, el clérigo nacido en Estados Unidos que murió en 2011 en un ataque de dron y cuyos sermones inspiraron otros actos de violencia, como a Nidal Hassan, el ex oficial del ejército que perpetró un tiroteo masivo en Fort Hood, Texas, en 2009.

Los investigadores indagan los viajes del sospechoso al extranjero, incluyendo una visita a Pakistán hace algunos años, y quieren saber si recibió dinero o entrenamiento por parte de organizaciones terroristas.

El padre de Rahami, Mohammad Rahami habló con el FBI luego de que su hijo fuera acusado en 2014 de apuñalar a su hermano, según los funcionarios, que no estaban autorizados a discutir la investigación y hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato. Rahami no fue a juicio por el apuñalamiento luego de que un jurado investigador se negara a presentar cargos.

El padre de Rahami habló con la prensa reunida fuera del restaurante de pollo frito de la familia en Elizabeth, New Jersey, y les dijo que en ese momento habló con el FBI porque su hijo "estaba muy mal" luego de apuñalar a su hermano y golpear a su mamá.

"Pero revisaron, durante casi dos meses, y dijeron: 'Está bien, no es un terrorista'. Ahora dicen que sí lo es", dijo el padre. Cuando se le preguntó si creía que su hijo era un terrorista, respondió: "No. Y el FBI lo sabe".

La revelación de los contactos del padre con el FBI genera dudas sobre si hay algo más que pudieron haber hecho las autoridades en ese momento para determinar si Rahami tenía aspiraciones terroristas.

El tema cobró fuerza tras la masacre de Orlando en junio pasado, cuando el director del FBI, James Comey, dijo que algunos años atrás sus agentes habían indagado al atacante, Omar Mateen, pero no encontraron información suficiente para presentar cargos o mantener la investigación abierta.

En el caso de Rahami, uno de los agentes del orden dijo que el FBI había abierto una "valoración", el tipo de indagación menos invasiva del FBI. Los lineamientos del Departamento de Justicia restringen el tipo de acciones que los agentes pueden tomar; por ejemplo, no pueden grabar llamadas telefónicas sin obtener una aprobación de nivel superior.

Durante dos meses en 2011, Rahami trabajó como guardia nocturno no armado en la oficina de administración tecnológica de la AP en Cranbury, New Jersey. En ese entonces era empleado de Summit Security, una contratista privada.

El jefe de seguridad de AP, Danny Spriggs, dijo que Rahami trabajaba los turnos nocturnos en el edificio de AP y a menudo se involucraba con sus colegas en largas discusiones políticas, en las que expresaba su simpatía por el Talibán y su desdén por las acciones militares de Estados Unidos en Afganistán. Rahami dejó ese trabajo en 2011 debido a que quería realizar un viaje a Afganistán, detalló Spriggs.

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