El número de rinocerontes abatidos por cazadores furtivos en Sudáfrica se ha reducido en casi un 12 por ciento este año respecto a 2015, según cifras del Ministerio de Medio Ambiente recogidas hoy por la prensa local.

Un total de 702 rinocerontes murieron a manos de los furtivos entre enero y julio de este año, 94 ejemplares menos que en el mismo período del año pasado.

La cifra confirma la tendencia a la baja de la caza furtiva para comercializar el cuerno de rinoceronte en el país austral, que en 2015 logró bajar el número de muertes de ejemplares de esta especie por primera vez desde que los niveles de caza ilegal se dispararan hace ocho años.

Con unos 20.000 ejemplares, Sudáfrica alberga el 80 por ciento de la población de esta especie, y es el origen principal de las ventas a países como China y Vietnam, donde se atribuyen propiedades curativas y afrodisíacos a su cuerno, cuyo consumo se asocia allí al éxito social.

Según la ministra de Medio Ambiente sudafricana, Edna Molewa, este nuevo balance positivo se debe al mayor número de detenciones y de condenas en los tribunales, en una campaña contra la caza que implica a la Policía, el Ejército, la Justicia y las autoridades de los parques naturales.

Desde enero pasado, 414 personas han sido detenidas en Sudáfrica por actividades relacionadas con la caza furtiva, a las que se les han confiscado 94 armas de fuego.

Algunos de los sospechosos fueron arrestados con decenas de cuernos de rinoceronte -que en uno de los casos iban a ser trasladados a Hong Kong por un ciudadano chino-, y esperan entre rejas a que se completen las investigaciones y sean juzgados.

Más de la mitad la población sudafricana de rinocerontes se encuentra en el mayor parque natural del país, el Kruger, donde los esfuerzos contra la caza han reducido en más de un 17 por ciento el número de animales abatidos.

Ante el éxito de las medidas aplicadas, más cazadores han optado por probar suerte en otras regiones del país, donde la presencia de la especie es menor pero no está tan protegida.

Como consecuencia de ello, provincias como KwaZulu-Natal, el Free State o el Cabo Septentrional han experimentado un aumento de la actividad furtiva.

No obstante, la ministra alertó de la tendencia al alza de la caza furtiva de elefantes para obtener el marfil de sus colmillos.

Solo en el parque Kruger, 36 elefantes han muerto abatidos desde el mes de enero, 24 más que en todo el año pasado y 34 más que en 2014, cuando tras 14 años sin ejemplares abatidos se contabilizaron dos muertes.

Estas nuevas estadísticas se publican a doce días de que comience en Johannesburgo la decimoséptima conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), firmada por 182 países y que regula el comercio internacional de fauna y flora.

lsm

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