Estambul.— Millones de turcos de todas las filiaciones políticas se lanzaron ayer a las calles para expresar su respaldo al gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan y rechazar cualquier intento de golpe de Estado.

Según la agencia estatal de noticias Anadolu, en la concentración participaron 5 millones de personas, mientras que otras fuentes ubican el número en alrededor de un millón.

En el evento, el mandatario turco volvió a plantear ayer la reinstauración de la pena de muerte en el país. “Si [el pueblo] llega a una decisión de ese tipo, creo que los partidos políticos se ajustarán a ella”, señaló en la marcha que se llevó a cabo en el distrito de Yenikapi, junto al mar de Mármara.

“Lo digo desde ya. Ratificaré una decisión de este tipo del Parlamento”, aseguró ante la multitud.

“[La pena de muerte] se aplica en Estados Unidos, Japón y China. Se usa en la mayor parte del mundo y se empleó en Turquía hasta 1984”, recordó.

Erdogan también prometió librar a Turquía de la red del clérigo Fethullah Gülen, quien reside en Estados Unidos y a quien las autoridades acusan de instigar el golpe.

Erdogan agradeció la presencia de la oposición en la llamada “marcha de la democracia y los mártires”, la mayor concentración desde el 15 de julio.

Al mitin asistieron el líder opositor Kemal Kilicdaroglu, del Partido Popular Republicano (CHP, centro-izquierda), y el jefe del ultranacionalistas MHP, Devlet Bahceli.

El prokurdo Partido Democrático Popular (HDP), tercera fuerza, no fue invitado. Erdogan lo acusa de estar vinculado al prohibido Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Binali Yildirim, primer ministro, prohibió que se llevaran banderas políticas a la marcha, para lograr una convocatoria más social.

El premier lanzó un duro mensaje contra “quienes se quieren meter entre kurdos y turcos”, aunque no especificó a quién se refería. “Ellos son los traidores. Haremos limpieza de estos microbios”, prometió.

En las imágenes televisivas se vio un mar de banderas turcas. El jefe de gobierno agradeció a Kilicdaroglu y Bah- celi por su apoyo durante y después del intento de golpe.

Algunos opositores y organizaciones como Amnistía Internacional (AI) mostraron su preocupación por las violaciones de los derechos humanos y abusos de poder cometidos en las últimas semanas.

Según datos del gobierno, más de 60 mil funcionarios han sido suspendidos o cesados por su supuesto apoyo a Gülen. Yildirim prometió “traer de vuelta a Turquía” a Gülen.

Europa pide respetar garantías. Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea (CE), llamó a Ankara a no sacrificar derechos fundamentales como la libertad de prensa, al tiempo que defendió el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía para hacer frente a la crisis de los refugiados.

Juncker recordó, en una entrevista que difundió el diario Der Tagesspiegel, que la CE ha dado a entender “una y otra vez” su disposición a apoyar un régimen de libre visado si Turquía lleva a cabo las “reformas necesarias”.

Sigmar Gabriel, vicecanciller alemán, llamó a buscar toda forma de comunicación con Turquía y a no interrumpir las negociaciones de adhesión a la Unión Europea.

Sin embargo, confesó que no cree que en 10 o 20 años Turquía sea miembro de pleno derecho de la UE, porque el bloque no está en condiciones de “admitir ni a un Estado pequeño”.

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