El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, rechazó que su país tuviera conocimiento previo del fallido golpe de Estado del 15 de julio en Turquía y prometió que su país cooperará en la extradición del supuesto cerebro de la operación.



Biden afirmó que las autoridades estadounidenses están trabajando con Turquía y estudian la petición de extradición Fethullah Gülen, un predicador exiliado en EU, al que Ankara acusa de instigar el fallido golpe.



"No tenemos ningún interés en proteger a nadie que haya hecho daño a un aliado, pero tenemos que cumplir con nuestras obligaciones legales", dijo Biden en una rueda de prensa en Ankara con el primer ministro, Binali Yildirim.



La llegada de Biden a Ankara coincide con el inicio de una intervención de Turquía en el norte de Siria, donde presta cobertura a miembros del Ejercito Libre Sirio para tomar la localidad de Yarábulus, cerca de la frontera.


Ankara anunció el pasado fin de semana que iba a desempeñar un papel más activo en Siria y esta operación es la más ambiciosa de Turquía desde el inicio del conflicto sirio en 2011.


Las relaciones entre EU y Turquía -aliados en la OTAN- pasan por un momento delicado debido a la críticas de Ankara, que considera escaso el respaldo recibido tras la intentona golpista, y por el apoyo de Washington a las milicias kurdas en Siria.



"Nuestros expertos legales están trabajando en este momento con sus homólogos turcos sobre las pruebas materiales que deben entregarse a un tribunal estadounidense para cumplir con los requisitos para extraditar a Gülen", indicó Biden, solicitando paciencia con el funcionamiento de la Justicia estadounidense.



El vicepresidente explicó que ningún presidente de EU puede extraditar a nadie: "sólo un tribunal puede hacerlo".


El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reiterado hoy en un discurso que Estados Unidos "no tiene ninguna excusa" para negarse a extraditar a Gülen.



El vicepresidente estadounidense, el representante occidental de mayor rango que ha visitado Turquía tras la fallida asonada, ha recalcado la importancia estratégica de Turquía como aliado y el "inquebrantable apoyo" de Washington.



"El pueblo de Turquía no tiene un mejor amigo que los Estados Unidos y esto lo repito: no tiene un mejor amigo que los Estados Unidos", afirmó Biden.



La purga masiva llevada a cabo tras el golpe, con la detención de unas 30 mil personas y la suspensión o despido de 80 mil funcionarios por su supuesta vinculación con la asonada, ha despertado críticas de la Unión Europea (UE) y EU.



Biden expresó sus condolencias y solidaridad con Turquía por el último atentado perpetrado supuestamente por el grupo yihadista Estado Islámico (EI o Dáesh) en Gaziantep, que dejó 54 muertos en una celebración nupcial kurda el pasado fin de semana, y dijo que Ankara y Washington seguirán golpeando a esa organización en Siria.



Asimismo, respaldó a Turquía en una de sus prioridades en Siria: evitar que las fuerzas kurdo-sirias controlen una franja continua de territorio en su frontera meridional.



Numerosos analistas han indicado que el verdadero motivo de la intervención turca en el norte de Siria contra la localidad de Yarábulus, en manos de Dáesh desde hace tres años, es el de detener los avances de las milicias kurdas.



Turquía ha repetido que su "línea roja" era el río Éufrates, y que si las milicias kurdas conquistaban territorios al oeste de esa vía fluvial iba a tomar cartas en el asunto.



Una coalición multiétnica encabezada por la milicia kurda YPG, con apoyo aéreo de EU, tomó a principios de este mes la ciudad de Manbech, situada al oeste del río, de manos de los yihadistas.


Biden dijo a la prensa en Ankara que las fuerzas kurdas, consideradas las más efectivas contra Dáesh, "deben irse al otro lado del río Éufrates" o perderán el apoyo de Washington, que les da cobertura aérea.


"En ningún momento apoyaremos a las fuerzas kurdas si se quedan el oeste del Éufrates", destacó Biden.



Por su parte, el primer ministro de Turquía, Binali Yildirim, insistió en que Ankara y Washington son de la misma opinión.



"Esto está acordado con Estados Unidos: el PYD (en referencia al partido que da cobertura política a las YPG) no puede estar al oeste del Éufrates. Hemos sido muy claros en esto", dijo.


El primer ministro turco demandó buscar con urgencia una solución diplomática para el conflicto en Siria, acordado con la comunidad internacional, y adelantó las condiciones de Ankara.



"Se debe garantizar la unidad territorial de Siria, no puede haber divisiones étnicas, y no permitiremos en absolutamente ningún caso una entidad kurda al sur de nuestra frontera. Lo consideraríamos una amenaza a nuestra seguridad nacional", dijo Yildirim.

jlcg

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