Washington.— Las inundaciones “sin precedentes” registradas desde el viernes en Louisiana, en el sur de Estados Unidos, han dejado tres muertos y han obligado a rescatar a 7 mil personas de sus hogares y vehículos, informaron ayer las autoridades locales.

Las lluvias amainaron mientras las dependencias intensificaban sus esfuerzos de rescate, aunque la crecida del agua seguía siendo peligrosa en buena parte del área.

“Se están rompiendo todos los récords” de inundaciones en la zona, declaró en una conferencia de prensa el gobernador de Louisiana, John Bel Edwards, al asegurar que no se puede prever la evolución del caudal en el fenómeno.

“Esto no ha terminado. El agua todavía va a subir en muchas áreas. No hay que bajar la guardia”, agregó Edwards, quien pidió a los residentes que se mantengan atentos ante la crecida de los ríos en la zona.

Según el mandatario local, se ha rescatado a 7 mil personas y a 500 mascotas y más de 5 mil habitantes de la entidad tuvieron que pasar la última noche en refugios después de que se inundaran miles de viviendas.

Hasta ahora, las autoridades han confirmado tres muertes, una más que este sábado, y han dicho que una persona sigue desaparecida.

Entre los decesos están William Mayfield, de 68 años. El hombre se ahogó cuando trataba de abandonar su casa en la localidad de Zachary.

Un sujeto no identificado cuya camioneta fue arrastrada por el agua desde la autopista en Saint Helena Parish, en el norte del estado, también fue encontrado muerta.

Alrededor de mil 700 agentes de la Guardia Nacional seguían desplegados en todo el estado para tareas de búsqueda y rescate de personas atrapadas en sus casas.

Algunos vehículos con gente dentro quedaron varados durante más de 24 horas este fin de semana en una carretera inundada, explicó el superintendente de la policía estatal, el coronel Michael Edmonson.

Desde el aire, las casas en el suroeste de Louisiana parecían pequeñas islas rodeadas de campos inundados.

Las tierras de cultivo estaban anegadas, las calles eran intransitables y los centros comerciales estaban tan inundados que sólo se asomaban los techos de los autos por encima del agua. Desde el suelo todo lucía catastrófico. Varios coches abandonados fueron empujados a los lados de los caminos, mientras muebles de jardín y juguetes infantiles flotaban en las aguas.

Mike Steele, portavoz de la oficina estatal de seguridad y preparación ante emergencias, dijo que hubo un repunte de llamados de urgencia durante la noche en la parte este de Baton Rouge. Dos hogares de ancianos estaban siendo evacuados.

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