Ciudad del Vaticano— El juicio por la filtración de documentación clasificada de la Santa Sede, conocido como VatiLeaks, entra esta semana en su fase final con una serie de vistas dedicadas a los alegatos de los cinco imputados, entre ellos el sacerdote español Lucio Vallejo.

El proceso, que arrancó el pasado 24 de noviembre, afronta su etapa definitiva con tres audiencias que se llevarán a cabo hoy, el martes y el miércoles, durante las cuales los abogados de los cinco imputados y el promotor (fiscal vaticano) deberán formular sus alegatos finales.

Se prevé además que la acusación haga su solicitud de condena para los imputados, acusados de revelar y publicar secretos de índole económico de la Santa Sede, mientras que la sentencia podría llegar a mediados de este mes de julio.

En estos siete meses y medio de proceso, los imputados han tratado con mayor o menor éxito de dar explicaciones y el cruce de acusaciones y los interrogantes han protagonizado un juicio “a priori” anunciado como breve.

El principal acusado es el sacerdote español Lucio Vallejo Balda, quien ha confesado haber divulgado datos cuando era responsable de la extinta Comisión Investigadora de los Organismos Económicos y Administrativos de la Santa Sede (COSEA), instituida por el propio papa Francisco para arrojar luz sobre las cuentas vaticanas.

Vallejo Balda fue detenido y encarcelado por la Gendarmería el pasado 1 de noviembre.

Su confesión es una de las pocas certezas de este proceso: Vallejo facilitó 85 contraseñas al periodista Gianluigi Nuzzi, también imputado, para permitirle el acceso al material clasificado que él conservaba en su correo electrónico.

Vallejo afirmó que todo lo hizo por las supuestas presiones y amenazas que recibía de otra imputada, la relaciones Francesca Chaouqui, quien fuera asimismo miembro de la COSEA y con quien llegó incluso a mantener relaciones sexuales, según declaró.

También están imputados los periodistas Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, quien denunció unos hechos similares en el libro Avarizia, y ambos han lamentado que con este juicio la Santa Sede no respete el derecho a la información.

El último imputado es el administrativo del COSEA, Nicola Maio, quien durante su testificación negó haber robado información reservada y reconoció que Chaouqui ejercía “cierta influencia sobre Lucio Vallejo Balda”.

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