Washington.— La Casa Blanca defendió la nueva ola de redadas migratorias para repatriar a menores y padres centroamericanos con órdenes de deportación, al tiempo que congresistas demócratas, activistas hispanos y familias centroamericanas pidieron al presidente Barack Obama no deportar a niños y mujeres que han huído de la violencia en el Triángulo Norte y han solicitado el estatus de refugiados en Estados Unidos.

El Departamento de Seguridad Interna (DHS) planea llevar a cabo las redadas a familias centroamericanas en el mes de mayo y junio, una continuación de los polémicos operativos realizados en el mes de enero en estados como Texas, Carolina del Norte y Georgia.

“Esto debe enviar una señal muy clara a quien contemple eso, que es falsa la idea pedaleada por los traficantes de personas de que pueden traer a niño a EU y que éste puede permanecer aquí”, señaló el portavoz presidencial Josh Earnest.

“Existe un compromiso con el debido proceso, pero también existe un debido proceso con hacer cumplir la ley”, afirmó Earnest. La Casa Blanca señaló que el DHS evitará realizar las deportaciones en “sitios delicados” como escuelas o iglesias, y reiteró que la prioridad es expatriar a aquellas personas sobre las que ya existe una orden de deportación.

Pero el congresista hispano Luis Gutiérrez, acompañado de un grupo de niños y madres de El Salvador y Honduras, que viajaron a Washing-ton desde Waukegan (Illinois), afirmó que muchos de esos niños migrantes centroamericanos “vienen huyendo. No son inmigrantes indocumentados ni ilegales. Tienen el derecho, según las leyes de Estados Unidos, de venir aquí y peticionar su estatus como refugiados".

“Obama debe frenar las deportaciones. ¿De verdad creen que estos niños deberían ser expulsados a sus países?”, se preguntó Gutiérrez, al aludir a historias como la de Evelyn Velázquez, quien llegó a EU con su hijo Iker, de 4 años, en mayo de 2014 huyendo de la violencia en Honduras y ante las amenazas de muerte y de secuestro de las maras.

“Llegué a Estados Unidos huyendo de todo eso, buscando como madre un mejor futuro para mi hijo”, explicó Evelyn a la agencia DPA. Ella fue detenida por la Patrulla Fronteriza y estuvo tres días en una “hielera”, como se conoce a las celdas de detención en la frontera con México. “No queremos volver a nuestro país, ya que nos hemos enfrentado a muchas amenazas de muerte”, añadió Evelyn, quien aseguró que no quieren ser “una carga” para EU, pero quieren “protección”. La hondureña tiene otro bebé de dos meses nacido en EU.

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