El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, insistió ayer en la importancia del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) que busca afianzar con la Unión Europea (UE) en su quinto y último viaje como mandatario a la región. Frente a la oposición de una enorme parte de la opinión pública, entre la que destaca la de los propios candidatos de oposición a la Casa Blanca, Obama defendió que el convenio fortalece la economía y aumenta la competitividad de las empresas en el mundo.

“Es irrefutable que ha fortalecido la economía”, declaró Obama sobre el comercio internacional. Dijo que espera que el pacto pueda estar completado para finales de año.

Afirmó que una vez que la temporada de elecciones primarias presidenciales en Estados Unidos concluya y se tranquilice la política en su país, el pacto pueda “avanzar”.

En conferencia de prensa con la canciller alemana, Angela Merkel, Obama dio su espaldarazo a la gobernante por su manejo del asunto de los migrantes que vienen de países en guerra en Medio Oriente e indicó que ella está “en el lado correcto de la historia”.

Obama intentó contrarrestar el escepticismo público hacia un acuerdo comercial con Europa, además de enfrentar las críticas de los aspirantes presidenciales de su país al tratado.

A pesar de todo, el mandatario estadounidense dijo que “la mayoría de las personas continúan apoyando el comercio, por lo que reconocen que a fin de cuentas es una buena idea”.

Recalcó que “el pacto debe llevarse a cabo reforzando estándares y eliminando diferencias entre las partes y trabas burocráticas”.

El TTIP fue el tema central del primer día de la visita de Obama a Alemania, donde el acuerdo despierta rechazo en parte de la población, lo que se manifestó con la marcha ocurrida en la víspera en Hannover, a la que asistieron más de 35 mil personas, quienes temen que el pacto beneficie a las grandes corporaciones y suponga una caída de los estándares alemanes en cuestiones de protección a los derechos laborales. “Estamos de acuerdo en seguir adelante con el TTIP”, dijo Obama.

Merkel defendió que el TTIP no sólo beneficia a Estados Unidos, sino también a Europa “desde una perspectiva de crecimiento financiero”.

Los dos líderes también cerraron filas en otros temas de la agencia bilateral e internacional, como la lucha contra el terrorismo, la crisis de refugiados, o la situación de la Unión Europea ante la posibilidad de la salida del Reino Unido.

En cuanto a los refugiados, Obama alabó el papel de Merkel en la política fronteriza que siguió, que calificó de “actitud valiente” pese a la popularidad que le costó en el interior del país. La canciller alemana agradeció a Obama la participación de su nación en la misión de la OTAN contra los traficantes de personas en el mar Egeo.

Las relaciones bilaterales de Estados Unidos y Alemania pasan por un buen momento, especialmente después de que el país europeo se comprometiera más tras sumarse a la alianza que dirige Washington contra los yihadistas en Siria e Irak.

Durante el mandato de Obama las relaciones han sido en general positivas, pero se vieron lastradas tras el escándalo de Volskwagen y el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense a la nación germana.

Ambos líderes inauguraron anoche la feria de Hannover, la cita más importante de la industria del mundo, a la que acudió Estados Unidos por primera vez como país invitado.

En su segundo y último día en Alemania, Obama participará hoy en una minicumbre con Merkel y sus pares de Francia, François Hollande, Italia, Matteo Renzi, y Reino Unido, David Cameron, antes de regresar por la noche a Estados Unidos.

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