La incertidumbre nubló el ya turbulento escenario político brasileño cuando ayer un juez emitió una orden de suspensión del nombramiento de Luiz Inacio Lula da Silva como nuevo jefe de gabinete de su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff.

Los detractores de Rousseff la acusan de haber orquestado una maniobra que tiene el propósito de evitar una posible detención de Lula da Silva, quien menos de dos semanas atrás fue arrestado y conducido para que declarara en una investigación por corrupción en la petrolera estatal Petrobras.

Sólo la Corte Suprema brasileña puede autorizar que un miembro del gabinete, como lo es ahora Lula, responda a acusaciones en un proceso penal.

El juicio político contra Dilma, no obstante, avanzó ayer cuando la Cámara de Representantes brasileña dio vía libre para la creación de una comisión especial que adelantará el proceso.

La rabia que generó el nombramiento de Lula generó masivas protestas en Sao Paulo y Brasilia, donde cientos de manifestantes bloquearon las calles principales. Para hoy se programó una manifestación a favor de Lula pero no era definitivo si el ex mandatario asistiría.

Rousseff pasó a la ofensiva en la ceremonia de juramentación ayer al tildar a quienes quieren su renuncia de “golpistas” y acusar al juez Sergio Moro, que dirige la investigación de corrupción en Petrobras, de violar la Constitución y actuar en favor de la oposición.

Lula da Silva divulgó ayer una carta abierta en la que pidió justicia ante lo que calificó de “tristes y vergonzosos episodios”, en referencia a escuchas telefónicas de las que fue objeto, entre otras acciones vinculadas a la Policía Federal y el Poder Judicial.

“Los tristes y vergonzosos episodios de las últimas semanas no me harán descreer de la institución del Poder Judicial. Ni me harán perder la esperanza en el discernimiento, en el equilibrio y en el sentido de equilibrio de ministros y ministras de la Corte Suprema”, expresó. “Justicia, simplemente Justicia es lo que espero, para mí y para todos, en la vigencia plena del Estado de derecho democrático”, añade.

El presidente de Transparencia Internacional, el abogado peruano José Ugaz, elogió ayer el proceder de las autoridades judiciales de Brasil y calificó como “muy lamentable” la conducta de Rousseff al “pretender blindar” a Lula con su nombramiento como ministro de la Presidencia. Dilma le ha entregado a Lula “un salvavidas (...) para impedir que sea investigado por los fiscales anticorrupción del caso Lava Jato”, consideró Ugaz.

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