Naciones Unidas.— El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) anunció ayer que adoptará “medidas significativas” contra Corea del Norte por el ensayo nuclear de una bomba presuntamente de hidrógeno, pero no aclaró si habrá sanciones adicionales a las que están vigentes desde hace una década. Estados Unidos y Corea del Sur expresaron sus dudas de que Pyongyang haya probado realmente una bomba de hidrógeno, aunque sí hay evidencias de que se registró un test nuclear.

El Consejo de Seguridad de la ONU fue citado con carácter de urgente tras difundir el régimen de Pyongyang que había realizado una prueba nuclear, en violación a las resoluciones de la ONU. Se trata del cuarto ensayo nuclear norcoreano que se conoce, a partir de 2006, el año en que el Consejo aprobó la primera de cuatro resoluciones condenando esos ensayos e imponiendo sanciones económicas y políticas a la nación asiática.

Tras la reunión de ayer, el Consejo calificó la prueba como una “clara amenaza a la paz y la seguridad internacional”. En una declaración leída por el embajador uruguayo, Elbio Rosselli, se recordó que en ocasiones anteriores habían amenazado a Corea del Norte con adoptar “medidas significativas” en caso de que siguiera con sus ensayos nucleares. “Conforme a la gravedad de esta violación, los miembros del Consejo de Seguridad comenzarán a trabajar inmediatamente sobre esas medidas [que serán recogidas] en una nueva resolución”, añade el texto.

La reunión fue solicitada por Estados Unidos y Japón, dos países miembros del Consejo, y también por Corea del Sur, precisó el embajador japonés ante la ONU, Motoshide Yoshikawa.

Pero a pesar de la insistencia de los periodistas, Yoshikawa evitó pronunciarse sobre la posibilidad de que la nueva resolución vaya a incluir sanciones adicionales al régimen de Corea del Norte. “No sólo sanciones es lo que hemos ofrecido al Consejo de Seguridad”, agregó el diplomático.

La ONU impuso en 2006 una serie de medidas contra Pyongyang que incluyen el embargo de armas, la prohibición de viajes de determinadas personas y otras acciones económicas contra instituciones y empresas que puedan estar detrás de estos ensayos.

El embajador de Ucrania ante la ONU, Volodymyr Yelchenko, dijo que ningún miembro del Consejo se manifestó en contra de imponer nuevas sanciones a Corea del Norte, pero Rusia, uno de los aliados más fuertes de Pyongyang, aclaró que primero tiene que ver el borrador de la resolución, antes de decir si lo respalda o no.

En Washington, Josh Earnest, vocero de la Casa Blanca, señaló que los análisis iniciales “no son consistentes con las declaraciones de Corea del Norte sobre una exitosa prueba de una bomba de hidrógeno”.

Expertos militares surcoreanos también manifestaron dudas de que se haya tratado de una bomba de hidrógeno, pues la potencia explosiva registrada fue limitada —unos seis kilotones— y no corresponde con la magnitud de una bomba de esas características. La agencia de espionaje de Corea del Sur cree que la carga explosiva generada por la detonación fue mucho menor a la que tendría una bomba H. Estados Unidos y Surcorea reafirmaron su alianza frente a lo que el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, llamó una nueva “provocación” de Pyongyang.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó como “profundamente inquietante” el ensayo norcoreano, y exigió a ese país que cese inmediatamente cualquier actividad en ese sentido. La prueba causó una amplia condena internacional, que incluyó a la Unión Europea, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la del gobierno de México. Las alarmas contrastaban con el júbilo con que fue recibida la noticia del ensayo en Pyongyang, donde una conductora de televisión dijo que se trató de un “perfecto éxito” que elevó “el poder nuclear [del país] al siguiente nivel”.

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