La era de dos décadas de libre circulación por Europa se vio interrumpida ayer cuando más países impusieron controles en sus fronteras siguiendo el ejemplo de Alemania, que sorpresivamente lo hizo el domingo como respuesta a un flujo de inmigrantes sin precedente.

Austria desplegó a su ejército para vigilar la frontera con Hungría después de que miles de inmigrantes la cruzaran a pie en la noche, llenando espacios de alojamiento temporales cercanos.

Miles de personas cruzaban los Balcanes con prisa para alcanzar Hungría antes de que entrara en vigencia hoy una nueva legislación que establece penas de cárcel para quien entre al país de forma ilegal. La policía había registrado ayer el ingreso de 7 mil 437 migrantes desde Serbia, otra cifra récord. Hungría terminó de levantar una valla en sus 175 kilómetros de frontera con Serbia.

Eslovaquia también dijo que impondría controles en sus fronteras, adonde enviará a cientos de policías. Holanda anunció que realizaría controles y otros países de la Unión Europea (UE), desde Suecia a Polonia, informaron que estaban monitoreando la situación.

En tanto, los ministros del Interior de la UE fueron incapaces de dar un respaldo político unánime al reparto de 120 mil refugiados llegados a Hungría, Grecia e Italia que propuso la Comisión Europea (CE), por el rechazo de algunos socios al sistema de cuotas y al carácter obligatorio de la medida. Se volverán a reunir el próximo 8 de octubre en Luxemburgo, donde tocarán el tema.

Lo que sí se aprobó formalmente fue el acuerdo de julio para la reubicación de 40 mil personas en los próximos dos años, cuya medida podrá entrar en vigor de inmediato. Asimismo, se avaló que la UE pueda enviar buques de reconocimiento para interceptar en alta mar a los barcos mafiosos que trafican con migrantes y endurecer controles contra los tratantes.

En tanto, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) atenderán con 17.5 millones de euros a refugiados sirios en Turquía gracias al Fondo Madad, establecido por la Unión Europea (UE) en diciembre pasado. Al tiempo que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Said Raad al Hussein, hizo ayer un llamado urgente a los países europeos a hacer más por los refugiados y a encontrar lo antes posible un sistema efectivo común para su acogida.

El papa Francisco advirtió sobre el riesgo de que militantes radicales pudieran filtrarse en Europa en medio de la enorme ola de refugiados que huyen de la guerra en Siria, aunque también señaló que la crisis de inmigrantes podría ayudar a un despertar de la conciencia en el continente.

En una entrevista difundida ayer por la emisora portuguesa católica Radio Renascenca, el Papa se refirió al riesgo de que Estado Islámico, que ha matado a cristianos y a miembros de otras minorías en Oriente Medio, pudiera lanzar ataques en Europa.

“Es verdad, también quiero reconocer eso; en este momento, las condiciones de seguridad territorial no son las mismas que las de otros periodos [de migración masiva]”, dijo.

“Lo cierto es que apenas a 400 kilómetros de Sicilia hay un grupo terrorista increíblemente cruel. Por lo tanto, hay un riesgo de infiltración, eso es verdad”, agregó el Papa.

En tanto, el primer ministro británico, David Cameron, visitó ayer campos de refugiados sirios en Líbano y Jordania, donde prometió nuevas ayudas.

En su breve visita a Líbano, anunció que ofrecerá 92.5 millones de dólares adicionales con el fin de que los refugiados sirios más empobrecidos reciban ayuda en materia de educación en los próximos tres años. Exhortó a la comunidad internacional a enviar más ayuda a los refugiados sirios a fin de reducir su migración a Europa.

jram

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