Kiev.— La aprobación en el Parlamento de Ucrania de una reforma para descentralizar el país desató ayer en Kiev la violencia de los nacionalistas radicales, que cobró al menos un muerto y más de 120 heridos, casi en su totalidad miembros de las fuerzas de seguridad que custodiaban el Legislativo.

“En total, después de los enfrentamientos junto a la Rada (Parlamento) han sido hospitalizadas 122 personas, 11 de ellas graves. Además, hay dos periodistas franceses heridos”, declaró ante la prensa el ministro del Interior ucraniano, Arsén Avákov. Poco antes, había confirmado la muerte de un miembro de la Guardia Nacional, alcanzado en el corazón por una esquirla de la granada lanzada por un nacionalista radical, quien fue detenido por la policía.

La detonación de varios explosivos causó un gran número de lesionados, tanto entre los efectivos de la Guardia Nacional como de los oficiales.

Avákov informó que entre los heridos se encuentra uno de los viceministros de Interior, Vasili Paskal.

“Fue una acción antiucraniana, un golpe por la espalda, por el que deben responder todos sus organizadores sin excepción”, dijo el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, en un mensaje televisado.

Mientras, Avákov anunció que la policía arrestó a cerca de 30 participantes en los ataques y adelantó que “habrá más detenciones”.

La aprobación ayer en primera lectura de un proyecto de enmiendas constitucionales sobre la descentralización del país es uno de los compromisos adquiridos por Kiev en febrero pasado en el marco de los acuerdos de Minsk para el arreglo del conflicto en las regiones orientales del país.

Los nacionalistas se oponen de manera categórica a estas modificaciones, ya que contienen un artículo transitorio que contempla un “régimen especial de autogobierno en determinadas zonas de las regiones de Donetsk y Luhansk”, regulado por una ley ucraniana.

Para las fuerzas nacionalistas, se trata de una concesión inaceptable a los separatistas prorrusos de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Luhansk, y es un atentado contra la integridad del Estado.

El presidente Poroshenko insiste en que las enmiendas constitucionales no prevén, en ningún caso, la concesión de un “estatus especial” a las zonas controladas por los prorrusos. Declaró que el arreglo del conflicto en las regiones orientales pasa por el cumplimiento de los acuerdos de Minsk, que incluyen la descentralización del país.

Ayer, el jefe del Estado consiguió que la Rada diera luz verde a su proyecto de reforma al adoptarlo en primera lectura con los votos de 265 diputados, 39 más de los necesarios.

Sin embargo, Poroshenko tendrá que dar un dura batalla para conseguir su aprobación definitiva, para la que necesita el voto de 300 legisladores.

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