El aniversario de las marchas en la localidad en Ferguson, Missouri, por la muerte de Michael Brown, un joven de raza negra abatido por un policía blanco, recuperó ayer el ambiente de violencia con la detención de un joven de apenas 18 años que disparó contra la policía y que hoy permanece en una unidad hospitalaria recuperándose de las heridas recibidas.

La marcha que buscaba dejar atrás el sentimiento de rabia y frustración, mientras recordaba la necesidad de exorcizar las prácticas racistas y los abusos policiales contra la población afroestadounidense, se vio alterada por el acto de un desaprensivo que decidió vengarse de la policía mientras les disparaba desde una calle aledaña.

El resultado fue una estampida y la intervención obligada de la policía que le abatió para dejarle herido y que se vio obligada a arrestar a cuatro personas durante la persecución.

Los coletazos por la muerte de Michael Brown y las manifestaciones que duraron varias semanas demuestran que el problema de la segregación racial sigue siendo una asignatura pendiente en EU.

Lo mismo que los programas de entrenamiento policial y las políticas de reclutamiento que necesitan de una urgente revisión para evitar la repetición de criterios que han prodigado a los oficiales de policía blancos por encima de los de raza negra en aquellas ciudades marcadas por la segregación económica y racial y la conformación de guetos negros o hispanos.

El incidente de ayer en Ferguson no ha dejado indiferente a la administración del presidente, Barack Obama. A primera hora de hoy, la Fiscal General, Loretta Lynch, ha condenado la violencia sin razón que habla de la frustración entre la población afroamericana.

Entre los manifestantes que protestaron ayer, para evocar la muerte de Michael Brown, la actuación del joven de 18 años, que disparó contra la policía con un revolver que había sido robada, habla de la frustración creciente entre la población afroestadounidense.

Sin embargo, la mayoría condena este acto que sólo le da la razón a quienes insisten en defender prácticas policiales de cero tolerancia que, además, se han enseñado contra las minorías en EU.

El incidente de ayer en Ferguson ha sido contemplado a la distancia por el presidente Barack Obama que ha iniciado unas vacaciones de dos semanas en el exclusivo balneario de Martha´s Vineyard, en Massachussetts.

Durante este tiempo, el presidente intentará reponerse de una intensa carga de trabajo que le ha permitido empujar el carro de la histórica reconciliación con Cuba y el éxito de las negociaciones con Irán para tratar de mantener a raya su programa nuclear.

Precisamente, la defensa de este último acuerdo le obligará a recuperar fuerzas y aliento para regresar con el brío necesario para defender en septiembre el apoyo a este acuerdo con Irán en el Congreso donde el liderazgo del partido republicano, en alianza con algunos demócratas, han prometido echarlo por tierra.

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