Un general del Ejército de Burundi dijo este miércoles que había depuesto al presidente Pierre Nkurunziza por considerar que su candidatura para un tercer mandato violaba la Constitución y que estaba trabajando con grupos de la sociedad civil para formar un gobierno de transición.

Mientras multitudes salían a las calles de la capital Bujumbura para festejar, se escuchaban disparos esporádicos en el centro de la ciudad, y no estaba inmediatamente claro cuánto apoyo tenía el mayor general Godefroid Niyombare.

El presidente Pierre Nkurunziza estaba en una cumbre africana en Tanzania para discutir la crisis en Burundi, pero su oficina se apuró a descartar la declaración de Niyombare, quien había sido despedido como jefe de Inteligencia en febrero.

"Lo consideramos como una broma, no como un golpe militar", dijo el asesor presidencial Willy Niyamitwe, mientras un comunicado en la página de la presidencia enFacebook dijo que el intento de golpe de Estado había sido "desbaratado" .

Niyombare hizo su declaración a periodistas en cuarteles militares en Bujumbura después de más de dos semanas de protestas callejeras contra el intento de Nkurunziza de obtener un tercer mandato.

No estaba inmediatamente claro quién estaba en control. La emisora estatal, usualmente un blanco habitual de los golpes de Estado en África, estaba rodeada por soldados. Un empleado que estaba adentro dijo a Reuters que los soldados estaban tratando de ingresar mientras otros se resistían.

Eso no impidió que una multitud bailara y cantara en las calles.

Algunos se sentaron sobre los autos. Un testigo de Reuters dijo que había pocas señales de la policía, que es odiada por los manifestantes por interrumpir manifestaciones a la fuerza y es ampliamente vista como leal al partido de Nkurunziza.

"En vista de la arrogancia y resistencia del presidente Nkurunziza ante la comunidad internacional, que le ha advertido respecto a la Constitución y al acuerdo de paz de Arusha, la Comisión para el establecimiento de la concordia nacional decide la destitución del presidente Nkurunziza y de su Gobierno" , dijo Niyombare.

Más de 20 personas han muerto desde que unas protestas callejeras estallaron en el empobrecido país del centro de África hace más de dos semanas, según datos no oficiales de activistas.

Los manifestantes afirman que la propuesta de Nkurunziza de mantenerse otros cinco años en el cargo viola el límite constitucional en el Gobierno, que prevé un máximo de dos legislaturas, y el acuerdo de paz de Arusha, que acabó con una guerra civil de carácter étnico en 2005 que dejó 300 mil muertos.

Donantes occidentales, entre ellos Estados Unidos, han criticado la decisión del presidente de querer mantenerse en el cargo.

Varios líderes de África del Este y un alto funcionario de Sudáfrica estaban reunidos en la ciudad tanzana de Dar es Salaam para debatir la crisis.

Más de 50 mil personas han abandonado el país hacia estados vecinos en busca de paz. La agencia de refugiados de la ONU ACNUR dijo que la crisis estaba llevando a un escenario que, en el peor de los casos, podría suponer la huida de 300 mil personas hacia otras partes de Burundi o incluso al extranjero.

ahd

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