Santiago.— La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, comenzó ayer el segundo ciclo de su gobierno con un llamado a su nuevo gabinete de ministros a poner el foco en el combate contra la desigualdad y en las reformas que la llevaron a ganar las elecciones en 2013.

Bachelet encabezó en el Palacio de La Moneda, la sede presidencial, la primera reunión con sus 23 ministros después de que este lunes realizara cambios en nueve de las carteras, incluida la salida de los ministros del Interior y de Hacienda. El nuevo portavoz del gobierno, Marcelo Díaz, dijo al término de la reunión que la mandataria chilena “ha ratificado el corazón de su compromiso con los chilenos, que es combatir la desigualdad”.

“Lo que (Bachelet) nos ha dicho de manera clara y categórica es que el norte de este gobierno es poner las bases de un desarrollo equitativo y justo, de mayor inclusión social para todos los chilenos”, sostuvo Díaz, quien sustituyó a Álvaro Elizalde en el cargo. Díaz también aseguró que van “a seguir avanzando con las reformas, porque ese es el compromiso suscrito con los chilenos en la última campaña presidencial, es el contrato que nos vincula con la ciudadanía que votó masivamente por la presidenta”.

Bachelet se comprometió en su campaña a impulsar en su segundo mandato reformas profundas en el sistema tributario, educativo, laboral y constitucional, y recibió el respaldo de más de 62% de los votantes en las últimas elecciones. Hasta el momento, sólo ha concluido la elaboración y tramitación de la reforma tributaria, aunque se ha avanzado en el resto de proyectos.

Esta agenda reformista pasó a un segundo plano a comienzos de este año, cuando se destaparon varios casos de corrupción político-empresarial que han afectado a los partidos oficialistas y de la oposición y a la familia de la mandataria.

El nuevo ministro del Interior, Jorge Burgos, señaló que una de las tareas más urgentes para el Ejecutivo es elaborar una nueva Constitución que reemplace a la actual, instaurada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). “Chile necesita una nueva carta fundamental, hay que comenzar a trabajar con urgencia en eso”, explicó Burgos durante una entrevista con radio Cooperativa, en la que subrayó que debe ser una Constitución “muy comprehensiva y que interprete al mayor número de chilenas y chilenos”.

Burgos, un experimentado dirigente de la Democracia Cristiana, asumió este lunes como nuevo jefe político del gobierno de Bachelet, que lo trasladó de la cartera de Defensa a la del Interior. El ministro remarcó que el ambicioso plan de reformas de Bachelet se llevará a cabo con diálogo para conseguir el mayor respaldo posible.

“Se puede avanzar buscando el mayor grado de acuerdo y tomando las decisiones cuando haya que tomarlas, incluso con algunas diferencias también, pero el esfuerzo de buscar el mayor número de acuerdos y de pactos es un esfuerzo que hay que hacerlo también”, señaló Burgos.

El cambio de ministros y sus primeras declaraciones han sido interpretadas por algunos analistas como una señal de apertura de un gobierno que se esforzará en dialogar con todo el espectro político, la ciudadanía y los empresarios.

Los presidentes de Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI), los partidos opositores de derecha, valoraron el “giro hacia la gente” del gobierno y se mostraron dispuestos a buscar acuerdos con el oficialismo. “Las primeras palabras de su vocero han sido muy positivas, el nuevo gabinete está haciendo un giro hacia los chilenos y eso es lo que nosotros esperábamos”, dijo el senador Hernán Larraín, presidente de la UDI.

El cambio en el Ministerio de Hacienda, en el que Rodrigo Valdés sustituyó a Alberto Arenas, también ha sido bien recibido por la cúpula empresarial del país, que confía en la experiencia del nuevo ministro para impulsar la alicaída economía chilena. EFE

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