Pasaremos la Navidad en Tultepec, hasta no mover cada piedra y cerciorarnos de que no hay una víctima más”, afirmó Héctor Méndez “El Chino”, presidente de la brigada internacional de rescate “Topos” Azteca de Tlaltelolco, quienes se sumaron a jóvenes y familias que de forma desinteresada siguen brindando apoyo en esta tragedia.

Venimos a colaborar en la búsqueda y recuperación de restos humanos, con una brigada de 10 rescatistas del grupo Topos, que trabajan junto con elementos del Ejército Mexicano, que con perros recorren cerca de tres hectáreas, que quedaron reducidas a escombros.

“Dicen que faltan siete personas, que podrían estar como desconocidos” en hospitales y Semefo, pero “aquí haremos un rastreo profundo hasta descartar que ya no hay víctimas ni restos humanos”, afirmó Héctor Méndez.

Los perros de rastreo, propiedad del Ejército Mexicano,  son de la raza Maniloa, que están “muy bien entrenados” para búsqueda y rescate de personas, indicó el dirigente de los Topos.

En San Pablito, los rescatistas y el Ejército Mexicano, establecieron corredores de rastreo, “en un trabajo artesanal, meticuloso, que realizamos a mano, moviendo casi piedra a piedra, en cada tramo, en un trabajo que nadie quiere hacer porque es muy tedioso”, indicó ‘El Chino’.

Los Topos de Tlatelolco, cumplieron este jueves tres días en Tultepec “y seguramente aquí pasaremos la Navidad, como otros años hemos pasado estas festividades en rescates en Indonesia, Irán y Alemania”, afirmó el dirigente de los rastreadores mexicanos.

“Es un impulso el de ayudar, nunca te van a invitar, imagínate que la gente que está aquí quemada pida auxilio, los voluntarios llegan de forma espontánea”, afirmó el hombre cuyo trabajo surgió en el rescate de víctimas del sismo de 1985, que sepultó a miles en la Ciudad de México.

Familias enteras de voluntarios

“Nuestro festejo navideño, es ayudar a la gente, por eso con anticipación planeamos que haríamos un buena cena para compartirla con la gente más necesitada y con la tragedia de Tultepec, decidimos adelantarla y aquí estamos”, señalaron Graciela, Emma, Esmeralda y Martha Trejo Viornery, quienes con sus hijos, espesos y nietos llegaron a San Pablito.

Mole con pollo, arroz, tortillas y aguas de tamarindo, que la familia Trejo Viornery, sirvió para alimentar a los deudos de las víctimas de la explosión. Además en la explana municipal, decenas de jóvenes

tultepequenses reunieron medicamentos, agua, vasos y café, entre muchos insumos que necesitaron hospitales locales y familias para la atención de quemados y velar a sus muertos.

"Somos una familia, aquí nos movemos para apoyar a los heridos y a los que estamos en duelo, afirmó  Edgar Martínez Urbano, quien luego de la convocatoria que lanzó Leonardo  Ramírez Vázquez, se organizó junto con Abraham Suarez Solano y muchos otros.

Jóvenes psicólogos, médicos y enfermeras montaron mesas, en el jardín central de Tultepec, para atender y orientar a las familias afectadas por la detonación en cadena del tianguis de San Pablito.

Ante la falta de insumos médicos como gasas, jeringas, isodine y jabón quirúrgico en el hospital Vicente Villada, uno de los más cercanos a la explosión del tianguis, "convocamos a la gente y la ayuda llegó", relataron Leonardo y Abraham.

"La Concha"  acústica de Tultepec se convirtió en el Centro de acopio donde jóvenes de la Capital de la Pirotecnia, reciben café, vasos y agua para las familias que buscaron y  velan a sus muertos

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses