Luego de recorrer la zona de laderas y barrancas que existen en el asentamiento irregular conocido como Tierra Colorada, autoridades de la delegación Magdalena Contreras y personal de Protección Civil entregaron 97 notificaciones de riesgo a los habitantes del lugar.

En dicho poblado residen mil 500 familias y alrededor de 300 viviendas se encuentran en riesgo, ya que se sitúan en barrancas, cauces de ríos o sobre laderas inestables en donde colocan muros de contención hechos a base de costales rellenos de tierra y desperdicios.

“Las notificaciones tienen un objetivo: cumplir con nuestro trabajo institucional de informar al ciudadano de la situación en la que se encuentran y exhortarlo a sustraerse de la situación de riesgo”, dijo el titular de la demarcación, Arturo Medina.

Durante esta temporada de lluvias se han presentado tres deslaves significativos, los cuales sólo cobraron pérdidas materiales.

En la avenida Metropolitana hubo un deslizamiento de talud y la tierra cayó sobre un vehículo, el cual quedó destrozado; a pesar de lo aparatoso, no hubo lesionados. Otro fue en la calle Estacas, donde una casa que estaba al borde de una ladera se cayó, “se fue todo el suelo, quedó sólo el cascarón de los muros de lámina”, comentó el delegado.

El tercero fue en la parte baja, “hubo deslizamiento de un talud generado artificialmente al margen del Río Magdalena en una residencia que ocupaba 15 metros de jardín”, agregó.

Debido a que se espera la intensificación de las lluvias en las próximas semanas, Medina Padilla recorrió cuatro puntos de alto riesgo en Tierra Colorada. De acuerdo con el funcionario, quienes se encuentran en “riesgo inminente” deben salir de su propiedad y acudir a uno de los cinco albergues acondicionados con cobijas, alimentos y personal médico.

Medina informó que los habitantes se niegan a abandonar sus hogares a pesar del riesgo en el que se encuentran: “Temen que les roben sus pertenencias y prefieren pedir apoyo a algún vecino o familiar cercano; se niegan también por la pertenencia que sienten al espacio y porque no tienen para comprar otro terreno”.

Recordó que durante los últimos tres años de gestión, la delegación ha realizado la notificación a zonas de riesgo antes de que inicie la temporada de lluvias.

La filtración, aunada a las lluvias, ocasionó que 12 viviendas fueran arrastradas por el lodo. Aquel deslave no dejó pérdidas humanas, sin embargo, las familias fueron desalojadas. Actualmente diez de las familias afectadas reciben tres mil pesos mensuales, para que renten otro lugar.

Aquella ocasión hubo algunas personas que trataron de regresar, por ello “tuvimos que implementar un operativo para demoler los restos de las casas porque pese a que tenían un talud de lodo encima pretendían regresar”, contó el funcionario.

Añadió que en caso de que las personas no quieren salirse “tendremos que trabajar de la mano del GDF, porque un desalojo en una zona de esas implica una organización social, los vecinos sienten que si se mueve a uno se mueve a todos, entonces tenemos que ser muy cuidadosos para evitar generar pánico de un desalojo”.

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