Vestido con un short amarillo y una camisa a juego, Sebastián de un año y medio de edad camina tambaléandose por toda la sala. Balbucea y “platica” con sus dos papás. Al pequeño le gusta mirar al cielo, ver los aviones y escuchar el canto de los pájaros. Durante la entrevista con sus padres, Sebastián se dedica a explorar su propia casa.

Sentados y siempre vigilando a su hijo, se encuentran Armando Machorro y José Juan Palma, quienes afirman que Sebastián fue la pieza que completó el rompecabezas de su vida.

“Este año cumplimos 11 años de estar juntos y siempre tuvimos la idea de acrecentar la familia con un bebé. Fuimos un poco desidiosos, nunca buscamos ninguna institución. Pero en septiembre de 2013 tuvimos la fortuna de reencontrarnos con una mujer que había trabajado con nosotros y estaba embarazada, ella quería dar en adopción a su bebé”, comienza a relatar Armando Machorro.

No pensaron el tema dos veces, ambos estaban seguros de convertirse en padres. Durante los siguientes meses el apoyo hacia la mujer fue constante, pues la acompañaron a las consultas y ultrasonidos, incluso estuvieron presentes durante el parto.

Mientras tanto, Armando y José Juan buscaron asesoría de abogados para que el niño fuera legalmente suyo.

“Ella siempre quiso tener la tranquilidad de que el bebé se quedara con nosotros, entonces nuestros abogados nos sugirieron que ella lo registrara como mamá, uno de nosotros como papá y después iniciar un juicio para que ella perdiera la custodia del niño. Entonces ahorita Sebastián está registrado como hijo mío”, afirmó Armando.

El juicio de custodia duró un año en el cual se gastaron más de 90 mil pesos, entre la asesoría de abogados y los trámites. Sin embargo, van a la mitad del proceso legal, pues la pareja está a punto de iniciar otro juicio para que José Juan pueda darle su apellido a Sebastián.

Con suerte

Durante la entrevista, el pequeño Sebastián sigue recorriendo la sala de la casa, mientras toca el centro de mesa y demás adornos.

Armando comenta que no está casado con José Juan, por lo que hicieron todo al revés, primero se convirtieron en padres y después serán esposos.

Afirman que han sido una familia que ha tenido suerte pues no han recibido comentarios homofóbicos o discriminatorios. No obstante, dicen que es necesario que la sociedad esté informada sobre la diversidad familiar.

“Es absurdo que algunas personas piensen que una pareja del mismo sexo le hará daño a un niño. Es una gran responsabilidad, no es perversión, ni locura. Realmente somos seres humanos que queremos darle amor a un niño y queremos procurar su desarrollo”, comentó Armando.

La pareja asegura que en cuanto Sebastián ingrese a la escuela, asistirán a terapias psicológicas para aprender a manejar el tema de las familias diversas. Asimismo, llevan a su pequeño a convivir con hijos de parejas del mismo sexo o del sexo opuesto, ya que buscan que Sebastián crezca con la cultura de la diversidad humana.

“Queremos que nuestro hijo sepa que existen muchas familias. Pero lo más importante es que sepa que lo amamos mucho”.

Asimismo Armando y José Juan no descartan la posibilidad de criar a otro bebé, para que Sebastián no crezca solo.

“La ventaja de un hermano es la convivencia entre ellos. La última visita al médico nos dijo que esperáramos a que Sebastián tuviera dos años, entonces ya es un tema a tratar.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses