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Después de ser absuelta por el delito de homicidio en legítima defensa con exceso de violencia, Yakiri Rubio afirma que luchará por los derechos de las mujeres violentadas, por lo que ahora busca una diputación local por el Distrito 9 de la delegación Cuauhtémoc abanderada por el partido Movimiento Ciudadano.
En su casa ubicada en la colonia Morelos, la candidata abrió las puertas a EL UNIVERSAL para hablar sobre el proceso que vivió y las propuestas que tiene como política.
¿Cómo fue la agresión que vivió?
Fue el 9 de diciembre de 2013 en la colonia Doctores, como a las 7:30 de la noche, cuando dos sujetos me abordaron, me amenazaron con una navaja y me dijeron ‘te subes o te subimos’, accedí y avanzamos como cuadra y media al Hotel Alcázar, ahí me percaté que los tipos ya conocían a todos los empleados, porque saludaron y sin pedir la llave me llevaron a un cuarto en el segundo piso.
Dentro de la habitación fui golpeada, ultrajada, apuñalada y por uno abusada sexualmente.
Uno de los sujetos, refiriéndose al hermano del hoy occiso, salió de la habitación, por lo que aproveché y me le aventé, comenzamos a forcejear y producto de ello le hice una herida en la parte de la yugular, que dijeron fue mortal.
Tomé con las palmas de mis manos el filo de la navaja, con la intención de volteársela, lo hice y en cuanto pude empujé y jalé, él continuó con el forcejeo, su fuerza disminuyó pero todavía me hizo heridas, ya que se desangró mucho decidió irse, tomó sus llaves y se fue.
Yo salgo del hotel, hice un escándalo, me corrieron y me dijeron que no querían problemas, por lo que salí y me encontré a una patrulla y les dije lo que había pasado.
¿En qué momento sacó fuerza para defenderse, qué pensaba?
Yo no tenía ninguna probabilidad de salir con vida, porque eran dos tipos contra mí, me doblaban la edad, el peso, todo, además se encontraba armando, entonces si había mucha diferencia, yo no tenía esperanza de huir. Lo único que pasó en mi cabeza fue ‘lucha hasta donde tengas que luchar, hasta donde te alcancen las fuerzas’, y es lo que hice, pensé ‘sé que me van a matar pero pues que les cuesten trabajo’.
Creo que otro factor que influyó en que me defendiera fue el coraje que traía, porque estaba segura que no fui la única mujer que había sufrido por estos tipos, que ellos ya tenían todo planeado.
Ahora sé que mi caso ha dejado el mensaje de que todas las mujeres se pueden defender, que tenemos el derecho a defendernos.
¿Cómo fue el proceso legal que seguiste?
El proceso duró año y medio, ahora sé que ya soy libre a menos que haya una apelación por parte del hermano del occiso, pero es muy difícil, ya que todas las pruebas se dictaminaron a mi favor.
Pero pasé un proceso complicado, primero de haber sido la denunciante por violación, me detienen por homicidio, ya que el hermano y cómplice me denunció.
Al siguiente día me consignan al Reclusorio Santa Martha Acatitla, inventan una historia en la cual dicen que el occiso era mi pareja, me amenazan en ese penal, disque familiares de los agresores, por lo que me trasladaron al penal de Tepepan.
Ellos tienen varias averiguaciones previas, pero a mí fue a la que culparon; después de 86 días pude salir bajo caución, pagando más de 400 mil pesos y poniendo una prenda como garantía, que una persona que apoyó mi causa dio, pero es algo que afectó a mi familia, porque no tenemos ese dinero, en mi familia hemos dado más importancia a la cultura que a los bienes materiales.
Esto que ha vivido, ¿cómo le cambió la vida?
Me ha cambiado bastante, desde el día 9 de diciembre 2013. Yo tenía otra idea, otro panorama de la vida y he adquirido nuevos conocimientos durante el proceso, el encarcelamiento y durante la injusticia que sufrí.
Aunque ya estoy absuelta, todavía espero que se castigue al cómplice de mi violación, que pague.
Para mí y mi familia hubo tiempos difíciles, nos desgastamos, pensamos que ya no íbamos a poder, creímos por momentos que podrían vencernos y mira, estamos aquí, venimos más fuertes, la intención es seguir apoyando otros casos de gente vulnerable, para que no queden impunes.
Mi papá ha sido buscado por otras víctimas que vienen y le piden ayuda, consejos, todo por lo que hizo por mí, él movió cielo, mar y tierra para sacarme de este problema y lo logró.
Eso fue lo que más cambió, que el apoyo de mi familia me ha hecho seguir adelante y recuperarme.
¿Cómo diputada local, cómo pretende utilizar su caso para mejorar las condiciones de las víctimas?
La invitación que me hicieron por Movimiento Ciudadano fue por el caso y sé que al partido le conviene que personajes como yo pertenezcan a su cuadrilla para ellos acumular votos.
Pero mi intención no es olvidarme de la situación, si no es que mujeres como yo, Norma Andrade, y otras activistas se empoderen y puedan legislar a favor de las mujeres.
Una propuesta es quitar el delito de “exceso de violencia a la legítima defensa”, ya que se debe establecer como un derecho que las mujeres la ejerzan en el momento adecuado.