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Para el jefe delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, la situación que viven los comerciantes del primer cuadro de la ciudad es añejo y se debe atender con urgencia.

Señaló que “la Procuraduría Capitalina y la Secretaría de Seguridad Pública tienen un pendiente ahí” y, sobre todo, dijo que se debe garantizar que no habrá represalias contra quienes denuncien.

Advirtió este panorama desde octubre pasado en su libro La Economía del Delito, donde también detalla los sectores, las calles y los mercados en los que tiene influencia el grupo criminal que opera en las entrañas de Tepito.

Monreal Ávila dijo que esto sucede cuando los grupos criminales empiezan a fraccionarse, tal como sucede con el cartel en mención.

Pidió plantear operativos más inteligentes y una suerte de “escudo” en Tepito y sus alrededores, con el objetivo de inhibir la presencia de los extorsionadores.

“Desde mi punto de vista, lo he comentado, todas las manifestaciones y las formas de operar hablan de delincuencia organizada. Afortunadamente, aún no pernean a la policía, no hay complicidad con corporaciones policiacas, todavía no tenemos ese nivel. Creo que, incipientemente, empezamos a padecer la delincuencia organizada”, comentó.

Por su parte, especialistas en cuestión de inseguridad, conminan a las autoridades de la Ciudad de México a tomar en serio estas denuncias y trabajar al respecto.

“Negar la realidad muchas veces no significa que no exista, en el catálogo de delitos de la Ciudad de México hay varios considerados como graves, ahí están, entonces, por qué negarlos”, cuestionó el investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) Martín Barrón.

Extorsiones. La administración actual en Cuauhtémoc dice que se ve limitada en cuanto extorsiones pues no tiene la policía a su disposición; sin embargo, reconoce las quejas y pide a los empresarios confiar más en las autoridades y denunciar los hechos, pues sólo de esta manera se puede trabajar de manera legal, así como evitar a toda costa la justicia de propia mano, la cual pone en evidencia la falta de autoridad.

“Se empiezan a presentar la extorsión, la presión, el cobro de piso, tanto en comercios establecidos como en los mercados, cuando los grupos se fraccionan. Todo es parte de una radiografía que se viene ofreciendo, lo denuncie desde octubre en mi libro, esto es muy incipiente, pero estoy convencido que se puede frenar”.

“Es un momento clave donde la ciudad no puede permitir este tipo de manifestaciones. También creo que hay personas que se hacen pasar por estos grupos para que generar temor a esta gente, y así accedan a sus condiciones de derecho de piso y pago de extorsió; sin embargo, también deben ser detenidos, eso le toca a las autoridades”, abundó el delegado.

Las quejas de los comerciantes continúan. Líderes de los ambulantes establecidos sobre el Eje 1, refieren –también de manera anónima– que este grupo criminal les exige que en vez de pagar a los policías y los permisos en la delegación, que ese dinero se lo den a ellos, a cambio ofrecen protección y “buenas ventas”.

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