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Textear mientras se conduce un vehículo implica 23 veces más probabilidades de sufrir un accidente, según datos de la Cruz Roja Mexicana contenidos en la iniciativa de ley que busca castigar este hecho hasta con tres años de prisión.

El dictamen que avaló el jueves la Cámara de Diputados y pasó al Senado para su discusión y eventual aprobación, busca castigar de uno a tres años de prisión a quien comentan alguna infracción en estado de ebriedad, bajo el influjo de drogas, o por causar daños mientras maneja y utiliza el teléfono celular, explica que los accidentes viales representan la primera causa de muerte entre niños y jóvenes de cinco a 29 años de edad, y la segunda de discapacidad permanente.

Asimismo, también es señalado como el primer motivo de orfandad.

Agrega que cada año fallecen en México más de 16 mil personas en percances viales, de los cuales, casi 90% pudieron evitarse.

El diputado priísta Juan Manuel Cavazos Balderas, explicó en su documento que su postura de sancionar más enérgicamente a los conductores que provoquen daños mientras envía mensajes es porque la distracción en la conducción es un importante factor de riesgo de traumatismo por accidente de tránsito.

Agrega que el más importante es el utilizar el teléfono celular. Y menciona un dato relevante al señalar que hablar por teléfono celular, y sobre todo escribir mensajes de texto al conducir, desplazó a la ingesta de alcohol como la primera causa de accidentes viales, según datos de la Cruz Roja Mexicana.

De allí se desprende que los conductores que utilizan el teléfono celular durante la conducción corren un riesgo aproximadamente cuatro veces mayor de verse involucrados en un accidente; un conductor que acostumbra enviar mensajes de texto mientras conduce tiene 23 veces más probabilidades de verse involucrado en un choque que alguien que no lo hace.

Por lo cual afirma que utilizar un teléfono celular durante la conducción tiene una serie de efectos perjudiciales que afectan al comportamiento del automovilista y que ello se debe a que el chofer no solamente se distrae físicamente al usar el teléfono y conducir simultáneamente, sino que además se produce una distracción cognitiva, ya que ha de dividir su atención entre la conversación que mantiene ya sea por voz o por mensajes de texto y las tareas propias de conducir.

Datos duros. Una medición sobre la prevalencia de este factor de riesgo en las entidades federativas, entre 2010 y 2013, arrojó los siguientes resultados. De los conductores observados, 4.9% lo hacían bajo los efectos del alcohol.

En conductores jóvenes o inexpertos se incrementa notablemente el riesgo de sufrir un accidente aún con niveles bajos de alcohol; sin embargo, 5.9% de los jóvenes entre los 18 y 21 años de edad conducían bajo los efectos de bebidas embriagantes.

De los hombres, 5.1% , y de las mujeres, 3.1%, conducían bajo los efectos del alcohol.

La prevalencia de embriagarse y manejar en conductores de motocicletas fue más alta que en los conductores de vehículos automotores.

En 2013, en las zonas urbanas y suburbanas de México, 10.5% del total de las colisiones, 13.6% de aquellas en donde hubo algún lesionado y 19% en donde hubo al menos un fallecido, estuvieron relacionadas con el consumo de bebidas alcohólicas.

En 28 de las 32 entidades federativas del país las leyes de tránsito establecen que conducir bajo los efectos del alcohol es causa de una infracción.

Únicamente 16 aluden de forma directa o indirecta a la facultad de la autoridad para implementar puntos de control de alcoholimetría.

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