Desde el 15 de febrero al 10 de junio, 453 vehículos del transporte público de pasajeros, como microbuses y taxis, han sido remitidos a depósitos vehiculares por no cumplir con los lineamientos que establecen las autoridades de la Ciudad de México en los diferentes Centros de Transferencia Modal.

También, 43 unidades más han sido suspendidas en sus actividades hasta por 30 días por tener diversas fallas físicas o mecánicas, como carrocería en mal estado, llantas lisas, vidrios rotos, entre otras.

Estos operativos son realizados por el Instituto de Verificación Administrativa de la Ciudad de México (Invea), en coordinación con la Secretaría de Movilidad (Semovi), la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Dirección de los Centros de Transparencia Modal (Cetram), son para regular y reordenar el transporte público, movilizando a su personal en varias zonas de la capital.

Hasta en tres ocasiones se han llevado a cabo los dispositivos en lugares como Tacuba, Tacubaya, Taxqueña, Martín Carrera, Puerto Aéreo, Pantitlán, Xochimilco, Universidad, Santa Martha, Constitución, Central de Abastos, Chapultepec, Indios Verdes, Observatorio y La Raza.

Además, todos los vehículos de transporte público que ingresen a la Ciudad de México para prestar servicios, también pueden ser verificados por parte del Invea, y en caso de que los conductores de los mismos no porten sus documentos en regla, como son la licencia y tarjeta de circulación, son susceptibles a que sus unidades sean llevadas al corralón.

Los automóviles que tengan fallas físico-mecánicas, no podrán prestar servicio hasta que no corrijan los daños de sus unidades y también se les colocará un sello de suspensión de actividades.

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