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“Nunca más regresaré a una tienda Soriana”, aseguró Érick Jair Nájar Montaño, luego de que terminó en la cárcel porque presuntamente se robó dos manzanas y una Pepsi de 600 mililitros de esa tienda departamental.

Ayer, el juez 31 de lo penal, Eligio Cruz Pérez, declaró extinta la pretensión punitiva en su contra y quedó el libertad.

Afuera del Reclusorio Sur lo esperaban quienes siempre confiaron en su inocencia, sus tíos, sus maestros y vecinos que durante todo este tiempo estuvieron pendientes del proceso legal. Después del abrazo fraternal y de agradecer que sobrevivió todo este tiempo recluido, Érick Jair no pudo contener las lágrimas y preguntó por su abuela, la mujer que se ha hecho cargo de él desde niño, cuando sus padres lo abandonaran al saber de su discapacidad intelectual.

“Conciliar el sueño era casi imposible; sin embargo, al pasar de los días me hice de muchos amigos ahí, me cuidaban, me daban de comer, no me dejaban solo, además siempre me visitaban mis tíos y todos, ya casi al final pues no fue difícil”, comentó el joven.

Mientras tanto, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Perla Gómez Gallardo, informó que el organismo abrió una queja de oficio por la detención de Érick Javier Nájar Montaño, un hombre con discapacidad intelectual acusado por la tienda departamental de robarle dos manzanas y un refresco con un costo total de 34 pesos.

“Ya iniciamos la queja de oficio, vamos a ir directamente con las autoridades. Al parecer ya le van a otorgar el perdón, pero es reprobable lo que pasó”, dijo.

La ombudsperson aseguró que se analizará cualquier conducta de discriminación y más por la condición de vulnerabilidad que tenía la persona. “Estamos revisando el caso, queremos que se dé en una conciencia muy clara del respeto que debe haber a personas en esa condición”, recalcó Gómez.

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