Hay que reconocerlo: los mexicanos estamos reconocidos en el extranjero por nuestra creatividad, pero sobre todo, por nuestro amor al chile. La mayor parte de nuestra gastronomía lo contiene, nos enorgullecemos de nuestras salsas y el mole tiene más que merecido su reconocimiento como patrimonio a la humanidad en lo que a nosotros nos concierne.

Pero entre los menos conocidos alimentos mexicanos picantes están las “botanitas”, ese secreto oscuro que no sale de las calles. Nuestro placer culpable, que no ofrecemos a los extranjeros porque una parte de nosotros sabe que está mal, para nuestro estómago, el apéndice y el corazón, y aún así no podemos dejar de comer.

Para ejemplos, los Dorilocos. Para los que no los han comido, son una mezcla tan ecléctica como personalizada. Tal como los chicharrones preparados, su ingrediente “base” (una bolsa de Doritos abierta horizontalmente) queda eclipsado por la cantidad de alimentos que se añaden como topping: queso de nachos, dulces de tamarindo, jícama, cueritos, cacahuates japoneses, gomitas, zanahoria, pepino, incluso se ha llegado a ver con frijoles. Y por supuesto, inundado de salsa picante, ya sea valentina u otra, limón, chamoy y en ocasiones, tajín o piquín.

Entre sus variaciones están los Tostilocos, que se dice que nacieron en Tijuana. Son exactamente lo mismo, pero con base de Tostitos. Incluso hay sub-variaciones locales, como la tropicalización tosticeviche en Mazatlán, una explosiva combinación de tostitos con ceviche.

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Las empresas han reconocido de manera oficial esta preparación, incluyendo “recetas” para preparar tostielotes, tostimachaca, tosticarne y tosticamarones. En cuanto a los doritos, hay recetas para prepararlo con ingredientes como cebolla morada, salchichas, salsa maggie, jitomate, mostaza, elote y más.

La fiebre por estas botanas ha crecido llegando a las comunidades mexicanas en el extranjero, especialmente a la frontera con Estados Unidos haciendo presencia en las ciudades de San Diego, Los Ángeles, Phoenix y Houston de acuerdo con el New York Times.

Este antojito es portátil, económico, lleno de sabor y llenador. ¿Nutritivo? Pese a su contenido en vegetales, no lo recomendamos, siendo que es un golpe directo al corazón con sus altas cantidades de sodio. De igual manera, cualquier mexicano sabe que "una vez al año, no hace daño".

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