Para celebrar la décima edición de Arte Mezcal de la destilería Los Danzantes, se presentó el diseño de su nueva botella con la imagen de la cantautora Lila Downs plasmada por el talento del artista Humberto Valdez, edición con una producción exclusiva de mil 400 botellas. Ahora, Lila Downs forma parte de este destilado, pero por una noble razón: unirse a la labor que desempeña el Fondo Guadalupe Musalem, que beca a jóvenes indígenas oaxaqueñas de distintas comunidades, con el fin de que continúen sus estudios. Así, un porcentaje de las ventas será donado a esta asociación.

Arte Mezcal es el resultado de la mente maestra de Karina Abad y Joel Antonio, de Los Danzantes. Se trata de un producto completamente artesanal, donde la cocción de las piñas de agave arroqueño (cosechado en San José Río Minas, Oaxaca) se llevó a cabo en un horno cónico bajo tierra y con leña de mezquite. Para su molido se utilizó una tahona chilena jalada por caballos; mientras que su fermentado se realizó durante seis días en tinas de madera de 800 litros. Finalmente, el destilado y refinado se hizo a fuego lento en alambique de cobre de 250 litros.

Arte en mezcal
Arte en mezcal

Cacao y mezcal
Para cerrar con broche de oro la presentación de la décima edición de Arte Mezcal, el restaurante Corazón de Maguey convocó a un maridaje en colaboración con el Museo del Chocolate (MUCHO), donde también se contó con la participación de Lila Downs. El ejercicio fue dirigido por Karina Abad, gerente de Producción de Los Danzantes, quien presentó cuatro mezcales de su casa, mientras que MUCHO ofreció cacao proveniente de Tapachula, Chiapas.

El maridaje se inició con un sorbo pequeño de Arte Mezcal, para después triturar un grano de cacao tostado suave y nuevamente paladear el destilado. Como resultado: sabores frutales, con notas cítricas sutiles y dulces. “Me recuerda un poco, como dicen ustedes, ‘los tonos’pero de la chicha, un producto que se consume mucho en Oaxaca. Y la chicha me parece un familiar lejano del cacao,”compartió la mujer que ha llevado la música mexicana por todo el mundo.

Acto seguido se probó un cacao de tostado normal, más fuerte que el primero, el cual se combinó con un Danzante Edición Limitada Número Uno. De acuerdo con Abad, este tobalá es el que mejor combina con chocolate, ya que contiene ciertas tonalidades de canela. Asimismo, da notas que recuerdan a granos tostados como el cacahuate o almendras.

El tercer mezcal deriva de un arroqueño que da origen a un Alipús edición especial, el cual se mezcló con un chocolate amargo conocido con el nombre de Tapachula del Museo del Chocolate que, al ser degustados, dio un sabor amargo que poco a poco se transformó en dulce.

Como parte final de este experimento se probó una trufa rellena de vodka, acompañada por un Danzantes añejo que ha pasado 18 meses en la barrica de roble blanco. Abad explicó que con el tiempo se van olvidando los sabores del agave, para después pasar a la vainilla, al chocolate y al coco, gracias a la madera. Por lo mismo, el maridaje es excelente.

El convite cerró con una comida. El restaurante Corazón de Maguey compartió platillos tradicionales de su carta, entre ellos una sopa de calabaza y huitlacoche; para continuar con una lengua al pipián; que después fue sustituida por un atún en mole verde y, más adelante, por un huauzontle. Como postre, no podía faltar el más representativo del lugar, un pie de limón.

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