Podría pensarse que Colorado es un destino ampliamente conocido para los mexicanos. Cada año, miles de connacionales llegan a sus montañas en búsqueda de las mejores rutas para practicar deportes invernales creyendo, erróneamente, que es un lugar exclusivo para estas actividades. La realidad es otra, pues se trata de un estado que ofrece toda clase de diversiones durante todo el año y éstas se adaptan a cualquier  tipo de viajero —no sólo para el turista de lujo—. El verano es el mejor momento para descubrir Colorado. Nuestra recomendación: comienza por el encantador pueblo de Breckenridge.
Fue fundado en 1859 y se reconoce por su arquitectura victoriana. Su calle principal está enmarcada por una naturaleza alucinante y es inevitable admirar sus montañas a cada instante del día. Esta  ciudad  debe su prosperidad a la fiebre del oro que la pobló en sus inicios y de la cual aún quedan  vestigios a su alrededor: las minas de oro están abiertas para que el viajero descubra cómo el metal dorado  transformó una región inhóspita en una preciosa ciudad. Pero eso no es todo, si hay algo que distingue a Colorado —aparte de las  actividades al aire libre—  es el movimiento de cerveza artesanal, el cual ha cobrado la suficiente notoriedad para que, año con año, se realice durante el mes de septiembre un festival donde el visitante puede degustar toda clase de estilos. A la cabeza del movimiento se encuentran dos proyectos que, aunque son totalmente distintos, sus dueños suelen colaborar entre sí para fomentar el consumo de cerveza artesanal. En ambos sitios se respira un ambiente bohemio, desenfadado y vagamente familiar que no puedes dejar pasar.

Breckenridge Brewery
Fue fundada en 1990 y es la tercera cervecería más antigua de Colorado. Aunque comenzó siendo un pequeño pub, creció tan rápido que pronto fue buscando  sitios para abrir sus cervecerías. Hoy produce cerca de 100 mil barriles al año en la capital de Colorado, Denver. Su primera ubicación aún puede visitarse y  funciona como un restaurante, donde se  prepara cada semana la cerveza. Aquí, el visitante puede sentarse a la barra y deleitarse con el proceso de fabricación de cerveza, pues los tanques se encuentran justo enfrente de ti. Al llegar, pregunta por Jimmy Walker, el maestro cervecero, quien no duda en experimentar con distintas mezclas y estilos, y te podrá guiar a través del proceso de producción. Prueba la  Avalanche Ale —su cerveza más popular— mientras disfrutas desde la terraza la vista de las montañas.

Broken Compass Brewing
Aunque tiene apenas un par de años de haber abierto, rápidamente se ha ganado el corazón de los locales por la calidad de sus cervezas y el espíritu jovial que permea el local. Esta cervecera ha impulsado una zona del pueblo que la gente visitaba poco y hoy es el epicentro de un movimiento gastronómico que florece  a su alrededor. Fue fundada por dos aficionados a la cerveza —Jason Ford y David Axelrod— quienes decidieron enfocarse a lo que les provocaba mayor placer: la cerveza. Ir a Broken Compass es como tomar una cerveza en el patio de tu mejor amigo: puedes incluso  llevar tu propia comida y escoger tu cerveza de entre  la docena que manejan.  Si lo tuyo son sabores atípicos, la Chili Pepper Pale Ale te encantará:  es como si hubiera sido diseñada para maridarse con tacos. O si te inclinas por sabores  dulces, no olvides la Coconut Porter, un estilo donde el coco sí se distingue y no sabe como si bebieras una botella de bronceador. Las favoritas son, sin duda, la Irish Red y la Double IPA. Tip de experto: ordena  una degustación de  cerveza y elige tu favorita. Por cierto, son pet friendly.

Après Hancrafted Libations
Su nombre proviene de la jerga de los esquiadores europeos: aprés ski, que significa ‘después de esquiar’ y se refiere a beber y llenarse de carbohidratos para recuperar la energía. Se trata pues de un pequeño bar que ofrece varios estilos de cervezas de todo Colorado, para que el visitante aprecie la revolución local. Tienen 30 estilos diferentes de cerveza de barril y más de 40 etiquetas distintas en botella o lata. Fieles a la tradición de hospitalidad local,  también es un sitio donde puedes llevar tu propia comida o pedir “a domicilio” a los restaurantes cercanos. La fachada de su edificio es un feature encantador, pues data de 1892.
Planea tus  vacaciones  a este encantador pueblo y déjate llevar por su historia, sus sabores y, sobre todo, por la belleza de su paisaje: observarás las montañas a cada instante y, sin duda, te encantará ese  cielo repleto de estrellas.

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