En días pasados, Enrique Cárdenas presentó su candidatura para gobernador de Puebla. Esta candidatura tiene una historia de persistencia frente a todas las adversidades posibles en nuestra escenografía política, que no es poco decir.

En 2018, Enrique se enfrentó a normas inequitativas y discriminatorias que le impidieron postularse como candidato independiente a gobernador. Reunió 24,336 firmas en 60 días para ser candidato independiente, que fueron insuficientes por un detalle: en Puebla, se exige a los aspirantes independientes a cargos públicos reunir 3% de firmas del listado nominal en 30 días, cuando en el orden federal o en la Ciudad de México, sólo se exige reunir 1% de las firmas en 120 días. Está claro que, si ya de por sí cualquier candidato independiente la tiene muy difícil en el resto del país, en Puebla la tiene prácticamente imposible.

Tras la muerte de la gobernadora de Puebla y el llamado a nuevas elecciones, Enrique solicitó a los partidos políticos acogerlo como candidato a gobernador. Lo apoyan no sólo Movimiento Ciudadano, el PAN y el PRD, sino miles de ciudadanas y ciudadanos con diferentes trayectorias y posturas políticas (entre las que me incluyo), y que hicimos público nuestro respaldo en medios de comunicación como candidato independiente.

No suelo tomar partido por ningún candidato, pero en este caso hago una excepción porque me honro en conocer a Enrique personalmente desde hace años. Se trata de una persona con una notable trayectoria personal y profesional. Economista por el ITAM, y maestro y doctor en economía por la Universidad de Yale, sus conocimientos en historia económica y economía contemporánea de México, le han valido ser invitado como profesor de diversas universidades nacionales y extranjeras. Fue rector de la Universidad de las Américas en Puebla, en la cual creó las áreas de Ciencias y Humanidades, promovió la investigación científica, y amplió los programas de ayuda financiera para estudiantes. Fue también Director Ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, enfatizando los estudios sobre movilidad social, pobreza y desigualdad. Además, participó activamente en el diseño del Sistema Nacional Anticorrupción y en iniciativas contra la opacidad de las deudas de los estados.

Más allá de esta importante trayectoria de estudio, de reflexión y de acción, Enrique Cárdenas representa ejemplarmente lo que debe ser un compromiso ciudadano con la política y con nuestra democracia. Como ciudadano, ha contribuido activamente en diversos propósitos sociales, participando lo mismo en mesas de discusión, que en reclamos públicos por injusticias, o en la recolección de firmas y apoyos para una buena causa. Académico reconocido y activista comprometido, Cárdenas se encuentra entre las mexicanas y mexicanos que no se quedan callados, que se oponen a los malos gobiernos, que critican lo que hay que criticar, que asumen y practican el diálogo, que creen en los contrapesos al poder.

En momentos en los que nuestro ambiente político se crispa cada vez más, en los que se descalifica al de enfrente por estar enfrente y en los que se emiten sentencias sin juicio, Cárdenas representa la reflexión, la tolerancia y la cercanía con la gente. Si todo esto es de enorme valor en cualquier lugar y en cualquier época, lo es aún más en el México de hoy. Enrique es un demócrata y un hombre honorable, en momentos en que al país le urgen demócratas y políticos honorables. Desde luego, lo felicito por su entrega, compromiso y valor cívico. Le deseo lo mejor en la contienda política… de ganarla, le estaremos exigiendo lo mismo que a todos los políticos: cercanía con la ciudadanía, transparencia, rendición de cuentas y resultados.


Presidenta de Causa en Común.
@MaElenaMorera

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses