Finalmente se aprueba la reforma educativa de acuerdo con la visión de la Cuarta Transformación. Quedó claro que en cada proceso se buscó la participación de los diferentes sectores cuyas opiniones deben converger en tan relevante propuesta legislativa.

Los maestros de la CNTE, a través de sus dirigentes, siguen sosteniendo un discurso ríspido e incongruente, pero finalmente no hay forma de que puedan hacer algún reclamo al gobierno federal y al Legislativo, simple y llanamente porque siempre se generó la apertura para buscar el consenso.

La cerrazón y la necedad de grupos de interés dentro del magisterio, hoy, son la única oposición que evidentemente no responde favor de la educación y de los intereses colectivos de México.

Lo decidido en pasados días respecto a cómo habremos de vivir la educación en el país dividió a partidos de izquierda y actores políticos que, en el ámbito legislativo, presentaron diversas reservas para modificar el fondo y la forma de cómo hoy se presenta la reforma educativa; esto sin mucho éxito, ya que el coordinador de los diputados del partido mayoritario Morena, Mario Delgado, logró el involucramiento a favor, además de sus partidos aliados, del PRI y PRD.

Sin duda, los diputados independientes siguen siendo un factor de equilibrio aun para las decisiones que se generan en la bancada de Morena.

Es importante reconocer a Dolores Padierna, quien mostró habilidad legislativa en la conducción del debate parlamentario que, en estos casos, siempre es acalorado y muchas veces la pasión se desborda.

La diputada Padierna mostró su experiencia acreditada por las muchas veces que ha sido diputada local y federal, así como senadora de la República.

Esta semana, la Cámara de Diputados cerrará su periodo legislativo que corresponde al primer año de la LXIV Legislatura, y por ello las últimas semanas han sido consistentes en el trabajo que ahí se realiza.

Dentro de los muchos temas importantes por revisar y legislar, todos polémicos, se encuentra la Ley de Austeridad Republicana, promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Pareciera que todos los actores políticos, grupos parlamentarios y fuerzas políticas del país debieran estar a favor de una propuesta de austeridad, sobre todo la oposición, porque evidentemente la austeridad aplica al gobierno en turno; sin embargo, ¿para qué hacer las cosas fáciles, si efectivamente se pueden complicar?

Esto es lo que día a día se observa cuando en el debate legislativo se impone la intencionalidad política y entonces los argumentos florecen de forma natural.

Y es que hablando de austeridad, seguramente todo mundo estará de acuerdo, siempre y cuando ésta no aplique para sí mismo, cumpliéndose aquel refrán de: “Hágase la voluntad de Dios, pero en los bueyes de mi compadre”; así dice la conseja, por aquello de los bueyes.

Diputado federal

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