Encabeza Márquez bienvenida a obispo

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El gobernador Miguel Márquez Márquez dio la bienvenida al nuevo obispo de la diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, y le agradeció “la oportunidad de trabajar juntos en la nueva historia que comienza en el estado, el cual siempre ha luchado por la justicia, libertad y sus ciudadanos”.

En la recepción del jerarca católico —a la que también acudieron los ediles de Irapuato, Abasolo, Cuerámaro, Huanímaro, Jaral del Progreso, Pénjamo, Pueblo Nuevo, Salamanca y Valle de Santiago—, el mandatario agradeció al clérigo la ocasión del encuentro.

Márquez Márquez acudió a la recepción de Díaz Díaz en medio de la polémica que generó su asistencia a la festividad por los 100 años de la aparición de la Virgen de Fátima el sábado pasado, en donde declaró la consagración de Guanajuato al Sagrado Corazón de Jesús, puso el estado en manos de Dios y pidió perdón por sus fallas, ante más de 3 mil feligreses en León.

“Bienvenido a estos municipios; no tengo la menor duda de que junto con todas las autoridades aquí presentes podrán trabajar, podrán hacer sinergias para el bienestar y desarrollo de los ciudadanos; bienvenido a una tierra en la cual siempre han sido conspiradores, a una tierra en la que fue el inicio de nuestra independencia nacional”, expresó el gobernador ayer.

Al obispo Enrique Díaz le reconoció su origen de San Cristóbal las Casas, Chiapas, de una diócesis reconocida, “con una experiencia cercana a los más pobres, a la ignorancia, a los excluidos, a la falta de oportunidades.”

“Aquí hay mucho que hacer también por nuestra sociedad; sabemos que tiene una gran vocación social y aquí habrá que hacer mucho por aquellos que muchas veces no son escuchados, que no son atendidos, que muchas veces no volteamos a ver”, dijo el panista.

También agradeció su labor al obispo saliente José de Jesús Martínez Zepeda: “Decía mi padre que siempre es de bien nacidos ser agradecidos”.

En la explanada del Templo del Hospitalito, el nuevo obispo diocesano señaló que “las autoridades deben ser como Cristo, quien, con su palabra y su vida, dio una enseñanza para servir”; también les hizo un llamado para que den la vida por los ciudadanos.