“Todas las personas en esta mesa somos republicanos conservadores y todos volveremos a cenar aquí de nuevo. Gracias por la gran comida y un gran servicio ¡Dios los bendiga!”, dice el ticket que dejó un comensal sobre la mesa del restaurante Di Frabo.

En otro les escribieron: “La comida: excelente!. El servicio: excelente! El dueño mexicano: maravilloso! No racistas de cuellos rojos! Lo mejor!” (sic.) Y en un tercero: “No sabemos si el dueño es seguidor de Trump, no nos importa, pero la diversidad y los pequeños negocios son los que siguen haciendo grande a Estados Unidos. Increíble comida y servicio”.

Es mediodía en San Antonio, Texas. El calor invita a buscar la comodidad del aire acondicionado. Apenas se traspasa la puerta de cristal, se siente el clima fresco, pero se percibe un ambiente de extraña soledad: mesas desocupadas, listas para dar servicio a por lo menos 100 personas; sólo el gerente y dos meseras solícitas y amables están a la espera de los clientes habituales, quienes se han ausentado tras el incidente de xenofobia y discriminación que sufrieron el pasado el 3 de febrero.

Media hora después arriba una pareja de la tercera edad, luego otros dos clientes... y nadie más en casi dos horas; pero por la noche el negocio está a dos tercios de su capacidad. Los comensales disfrutan de baladas románticas italianas, la escultura de un caballero medieval, el sonido del agua que escurre sobre un muro de cristal que simula una pequeña cascada natural. Los aromas de las especias, las yerbas finas, el queso fundido y la masa de harina cocida en los hornos artesanales de ladrillo es lo primero que salta a los sentidos de los visitantes que llegan al “Di Frabo Ristorante Italiano”.

El moderno y lujoso establecimiento se edificó a unos 60 metros de la vía rápida Interestatal 10, de la que lo separa un área ornamentada con plantas del desierto y enormes bellotas de unos diez metros de altura.

Algunos de los nuevos empleados del restaurante están en entrenamiento. Suplen al personal que decidió renunciar, casi la mitad de 26 que había hasta el pasado 3 de febrero, por temor a sufrir una agresión, ante las amenazas y ofensas que recibieron vía telefónica, lo que vino después del mensaje xenofóbico que dejó manuscrito en un tiket un comensal.

“La comida estuvo deliciosa, el servicio estuvo muy atento. Sin embargo el dueño es mexicano. No regresaremos, Estados Unidos es primero”, escribió en tono contradictorio, pues por una parte elogia el servicio y el buen sabor de la comida, pero también dejó una carga de racismo y xenofobia, y tras la publicación de este en redes sociales, desató un vendaval de mensajes, a favor y en contra: unos también a través de comprobantes de pago, otros en el espacio de las redes sociales.

Así el “Di Frabo Ristorante Italiano” se ha convertido en una especie de símbolo de unidad y resistencia de los mexicanos que viven en San Antonio, ciudad donde 70% es de origen latino, según el estudio del Colegio de la Frontera Norte, Los mexicoamericanos en San Antonio, Texas; economicamente fuerte, ya que es el segundo estado más rico, apenas por debajo de California, por encima de Nueva York.

Restaurante de Texas se vuelve ícono de solidaridad con los mexicanos
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El gerente platica con El UNIVERSAL pero pide no revelar su identidad, “no por temor de mi parte, sino porque hay un equipo de trabajadores que debo proteger”, dice el hombre de unos 40 años y aspecto latino. Revela que desciende de mexicanos. Asegura que después del mensaje discriminatorio tuvieron que desactivar durante cinco días las líneas telefónicas para dejar de recibir mensajes ofensivos o amenazantes.

—¿Los que renunciaron son mexicanos?

—“Eso no se pregunta. Es un delito preguntar eso” responde cortante.

También por razones de seguridad pide no entrevistar a trabajadores, no publicar nombres, ni fotografías de su rostro, pues el mensaje del ticket abrió una Caja de Pandora, que alentó el resurgimiento de fantasmas del racismo y ellos no quieren motivar su crecimiento.

El mismo dueño del restaurante, el empresario Fernando Franco, originario de la Ciudad de México y con cuatro años de haber iniciado este negocio en San Antonio ya no quiere hablar del tema. “Prefiero no seguir involucrando a mi equipo en esto, porque la operación ya se ha visto bastante afectada”.

Y es que a raíz del mensaje antimexicano se redujo la afluencia de los clientes, personas de clase económica alta y media alta que habitan en la zona conocida como Dominion, ya no van porque no quieren tener incomodidades, problemas o enfrentar tensiones como la que generó este episodio, dice el gerente.

Pero, en cambio, empezaron a llegar otros. Personas que no conocían el restaurante decidieron ir a consumir alimentos como una forma de expresar apoyo al dueño y sus trabajadores, y a los mexicanos en general.

Cecy Aguilar, ciudadana de estadounidense, se presentó al restaurante, a demostrar su cariño, amistad y reconocimiento, no sólo al restaurantero y el personal a su servicio, sino también a todos los mexicanos, que han sido ofendidos o maltratados, por los comentarios del presidente Donald Trump y sus seguidores.

“Vengo a propósito a apoyar al dueño, porque apoyo a los de México, son a todo dar. Yo tengo familia de México, yo no soy racista y apoyo a todos, porque tengo muchos amigos, compañeros y trabajadores de México”, dijo Aguilar.

Su acompañante, Humberto Esparza señaló, “la comida estuvo muy buena, deliciosa, y estamos aquí para apoyar al dueño que es mexicano, nuestro paisano. Esperamos que venga más gente para que la conozca, pues el mexicano viene a triunfar, a salir adelante y demostrar todo lo que se puede hacer de positivo”.

Cecy Aguilar sabe de lo que habla, ya que trabajan con ella cinco jornaleros mexicanos en la empresa Landscaping Maintenance, que ofrece servicios de irrigación y mantenimiento de jardinería. “Yo tengo cinco conmigo, son bien trabajadores, más que los de aquí, los apoyo súper más a los de México”. Al final da su número telefónico, “por si acaso necesitan algo para promover a México”.

Restaurante de Texas se vuelve ícono de solidaridad con los mexicanos
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Otra pareja, formada por Víctor Rueda y su esposa, originarios de Houston, Texas, acudieron por primera vez a Di Frabo Ristorante. No conocían del incidente del tique, pero al enterarse del ataque xenofóbico contra el propietario, expresaron su solidaridad.

Otros solidarios con el dueño del restaurante son los integrantes de la familia Treviño, que tienen año y medio de ir a disfrutar de la cocina del Di Frabo, que ofrece recetas de la región de Nápoles, cuya premisa de sus alimentos es “hacer que parezca que fueron preparados por la abuela”, acompañados por un té, vinos italianos o de California.

Ellos sí supieron del mensaje contra el propietario, “por eso estamos aquí, para apoyar al dueño, aunque nosotros somos de aquí, como quiera somos mexicanos y queremos expresarle que estamos en un país libre, y el que trabaje duro, el que haga el esfuerzo aquí, tiene el derecho de salir adelante”.

Dirigió un mensaje a los mexicanos que a raíz de las políticas antimigratorias están pasando tiempos de temor e incertidumbre: “Que tengan mucha fe, que no se les olvide que siempre está Dios, y que todo va a estar bien”.

Y su mensaje a los gringos fue: “Que nadie somos de aquí, que en un tiempo todos fuimos migrantes o extranjeros, que no se olviden de eso y tengan compasión, porque todos vinimos por la misma razón: a tratar de tener una vida buena por nuestras familias”.

La maestra bilingüe para niños de kínder garden, Abril Hernández, es nacida en Texas, pero con familia proveniente de México. Tras conocer el mensaje contra el dueño del restaurante, comentó, “se me hizo algo muy feo, una injusticia”. Hablé con mis niños y les dije que tenemos que ser tolerantes con los demás, y ellos respondieron “hay que hacer algo”, por eso mandó un mensaje al restaurante, que le contestaron de inmediato “y vine aquí para apoyar, porque esas cosas no deben pasar”.

La polémica sigue viva en redes

Ismael Cruz se metió a la página de Facebook del restaurante italiano para escribir que “los liberales (demócratas) mienten”, porque según él, el mensaje contra Fernando Franco era falso y el dueño “escribió la nota”.

Se enfrascó en una discusión con los defensores del empresario mexicano. “Pensé que los liberales odiaban al capitalismo, ustedes no tienen moral, los liberales son subhumanos; algún mexicano loco “podría creer esto y matar a un inocente blanco”.

Encontró respuesta en Kayla Marie “No soy liberal, soy una persona en contra del racismo”. Tengo una hija mexicana y, he visto un gran cambio en la forma como la gente la trata”.

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