Los cuerpos del dirigente de la Coordinadora Estatal de Transportistas Independientes del Estado de Guerrero (CETIG), Juan Mendoza Tapia, y su esposa Carolina “N” fueron identificados por sus familiares en el Servicio Médico Forense (Semefo).

El vocero de Seguridad del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez, confirmó que los dos cuerpos localizados en Eduardo Neri el 4 de diciembre correspondían a la pareja que procreó cinco hijas y cuyas familias denunciaron su desaparición desde el 24 de noviembre pasado junto a otros dos activistas Ramiro Galindo Salomé y César Suárez de quienes se desconoce su paradero.

Mediante un comunicado de prensa, Álvarez explicó que a los cuerpos se les realizó la necropsia y resultó positiva con el ADN de los deudos; sin embargo, los hermanos de Mendoza, Jesús y Fortino, acudieron al Semefo y explicaron que la identificación fue por señas particulares y la ropa que llevaban puesta. Dentro de una semana tendrán resultados genéticos.

Jesús Mendoza Tapia explicó que su hermano y las otras tres personas acudieron de Acapulco a Chilpancingo a realizar varios trámites a Palacio de Gobierno. Se reunieron con César Flores Maldonado, asesor del gobernador Héctor Astudillo y después no se supo de ninguno.

La FGE inició una investigación y en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública y el Ejército recorrieron colonias al norponiente de Chilpancingo por tierra y aire sin que se supiera de ellos. Jesús Mendoza reclamó que “la búsqueda estuvo mal”, se enteraron en Semefo que la pareja murió hace cinco días, lo que consideró pudo dar tiempo di el operativo hubiese sido efectivo, de encontrarlos con vida.

Desconoce las razones por las que su hermano pudo ser asesinado, pero recordó que el sector Transportes es uno de los más vulnerables en estos tiempos de incremento de violencia; varios taxistas han sido asesinados, sobre todo en Acapulco, de donde son originarios.

Juan Mendoza participó en el movimiento por la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, su organización se plantó unos meses junto a la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero (CETEG) en el zócalo y participaba en marchas para exigir justicia.

Familiares de los otros dos activistas, Ramiro Galindo de Ayutla, de la organización de Campesinos Indígenas de ese municipio y César Suárez del Consejo Democrático Plural contaron que sus familiares se fueron con Tapia a Chilpancingo del puerto, porque no tenían dinero para el pasaje. De ellos no hay rastro.

Exigieron a la FGE justicia por los asesinados y presentación con vida de los otros activistas.

afcl

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