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Xalapa.— La aventura electoral del mesero xalapeño Raúl Fernando Luciano Martínez Ruiz, quien buscaba una candidatura independiente a una diputación local acabó en desencanto y en tragedia familiar.

“Yo soy una hormiguita, no soy nada ante la furia de estos titanes que van con camiones llenos de acarreados, con despensas, con todo el dinero, pero yo quiero despertar a todas las hormigas que están dormidas”, decía hace un par de meses cuando quería ser candidato independiente.

A la distancia las cosas no le salieron muy bien a este aspirante veracruzano.

Al recorrer las colonias en busca de las cinco mil firmas de electores para entregarlas al órgano electoral, se encontraba sólo con líderes de colonia priístas de hueso colorado que le negaban apoyo, pero también con ciudadanos que le contaban que los partidos les ofrecían 200 pesos por apoyarlos.

“Yo recorría las colonias con 100 o 200 pesos en la bolsa”, recuerda el hombre que con el mandil puesto recorrió colonias y logró reunir tres mil 500 de las cinco mil firmas requeridas para presentar ante el órgano electoral.

“Es muy cochina la política, cuando llegué a la colonia 6 de Enero a recolectar más firmas, uno de los jóvenes me dijo que anteriormente había pasado una persona y les dio 200 pesos por credencial, y tú como independiente no puedes competir con eso”, asegura.

Lo realmente difícil fue entrevistarse con la gente y con los líderes de colonias, muchos de los cuales “están apegados al priísmo y no quieren ayudar en nada”, aun así con el respaldo de una asociación civil política logró las tres mil 500 rúbricas.

Cuando inició la aventura de su vida, se sentía orgulloso de su esposa. En enero de este año, relataba que llevaba meses quejándose con su pareja, Gabriela Carreto —con quien tiene dos niñas—, sobre las acciones de los políticos: “Le decía: ‘mira a estos cabrones’, y veía a la novia de un señor que la puso de diputada, luego a alguien que hizo un favor que lo hizo diputado y siempre me quejaba.

Pero llegó el momento en que hartó a su pareja, quien lo paró en seco: “¡Ya basta!, no te quejes, haz algo; si mi casa está sucia, la limpio; si la cama está desatendida, la tiendo; y si el baño está sucio, lo limpio; ¡usa el sentido común!”.

Fue así como decidió buscar la candidatura independiente, la misma que le dejó el divorcio.

“Es un fracaso personal porque desafortunadamente esta candidatura trajo conmigo mi divorcio”, confesó.

Es consciente y dice que descuidó a su esposa por buscar firmas, y su mujer halló a otra pareja y hoy están formalmente divorciados.

Fernando Martínez fue uno de los 91 aspirantes que se registraron ante el órgano electoral en busca de una candidatura independiente, considerado como xalapeño cien por ciento, cuya lucha política también le robó el empleo.

Fue despedido de la taquería en la que laboraba por sus ausencias, pero logró convencer al dueño que le permitiera regresar a meserear y hoy es lo que hace para poder medio levantarse.

“Pero me quedó muy buena experiencia de contactar a la gente y tener a la gente. Me trajo muchas satisfacciones, porque la gente no quiere a los políticos, a la gente cochina, sino a gente que realmente quiere ayudar a la gente”, se consuela.

Con su característica sencillez, asegura que dentro de dos años [los actuales candidatos serán electos por dos años para homologar elecciones] seguramente buscará nuevamente ser independiente, pero ahora con la experiencia y con el tiempo suficiente para ir armando una estructura.

“Si Dios me permite en dos años voy a fortalecerme bien y en dos años volvemos a buscar la candidatura”, suelta y sigue atendiendo las mesas de la taquería ubicada en la zona centro de la ciudad.

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