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Casi medio siglo ha pasado desde que Sesame Street nació con la finalidad de educar de una forma entretenida. Han sido millones de niños y decenas de generaciones las que han crecido con sus personajes emblemáticos y diversos.

Este mes, Plaza Sésamo (la versión latinoamericana) cumple 35 años desde que comenzó sus primera transmisión y aunque hace cuatro dejó de grabar nuevos episodios, el programa se sigue retransmitiendo.

Entre otras cosas, el show ha mostrado la diversidad de formas de pensar, de ser y de vivir, para muestra sus personajes, que en todas estas décadas han ayudado a hablar de la tolerancia entre razas, etnias y culturas.

En abril llegó un nuevo muppet a la familia Sesame Street, se trata de Julia, la primer marioneta con autismo, la cual dicen sus creadores, ayudará a que los niños sepan de este trastorno psicológico y que quienes lo padecen, puedan identificarse y saber que no están solos.

Para Brenda Campos, directora de Plaza Sésamo en México, el hecho de que exista un personaje como Julia obedece a la necesidad de integración actual sobre cómo vivir y tratar con personas con autismo.

“Desde hace algunos años se empezó a planear a Julia con la característica de que es autista porque nos dimos cuenta que no se hablaba mucho de ello y que la manera en la que se tocaba el tema era desde una mirada amarillista, queríamos desestigmatizar este trastorno que afecta a millones en el mundo”, explicó Campos.

Aunque Julia en un inicio fue pensado como un muppet que sólo se presentaría en Estados Unidos (país en el que una de cada 68 personas tienen algún tipo de autismo), más tarde la compañía decidió hacer a la pequeña muppet un personaje global, pues en territorios como México, una de cada 115 personas lo padecen.

“Nos dimos cuenta que los niños con autismo eran tratados con discriminacion y bullying, queríamos que lo entendieran y los que lo tienen sepan qué hay muchos más niños con su particularidad”.

Julia se une a un abanico cada vez más grande de muppet con particularidades, muchos de ellos enfocados a las problemáticas de cada región.

Así es que en 2002 nació en Nigeria Kami, una niña muppet seropositivo, con cabello dorado y entusiasta por la aventura. ¿Su misión? Ayudar a entender a los niños de aquella región sobre el virus en un país con una población de más de 150 millones de habitantes y donde casi la mitad tiene menos de 14 años y en el que uno de cada nueve habitantes es portador.

Julia, al igual que en su momento Kami, son personajes con particularidades que buscan hablarle a los niños sobre tolerancia y respeto.

El primero. Fue hace más de 30 años, en 1982 para ser exactos, cuando la compañía infantil apostó por presentar a su audiencia infantil al primer personaje con una discapacidad, se trataba de Aristotle, un muppet que era ciego y enseñaba a los pequeños a leer en sistema braille.

“Buscamos atender ciertas problemáticas. Se decidió que el VIH fuera un tema del que se hablara en Sudáfrica porque era algo latente, muchos niños desafortunadamente son portadores del virus. En Brasil y México, por ejemplo, decidimos optar por niños en sillas de ruedas; siempre buscamos adaptarnos a las problemáticas de cada país y hacer que los niños desde pequeños se sientan parte de esa diversidad y la entiendan. Múltiples colores, cómo podemos aprender de todos y vivir en diversidad”, explicó Brenda.

Así como lo menciona Brenda, México en 2012 vio nacer a su Camilo, un muppet cuya particularidad es que se transporta en silla de ruedas, pues no puede caminar. El muppet ayudaba a entender a los niños mexicanos que una persona con una discapacidad podía desenvolverse de manera normal e incluso podía hacer actividades como el resto de los niños, desde jugar basquetbol hasta jugar carrerillas con sus compañeros y amigos.

“Queríamos que Camilo demostrara que se puede tener una vida estándar y que su discapacidad no puede frenar su deseo por disfrutar de ser niño y hacer cosas propias de su edad como jugar, a la vez que ayudaba a que aquellos que tiene algún compañero en sillla de ruedas no excluyan a este sector sólo por ser distintos a ellos”.

Así también surgió la pequeña Zari, cuyo nombre, al igual que su personalidad, significa brillante. Una muppet que, siendo de nacionalidad afgana, promueve los derechos de las mujeres desde 2016 para enseñar a niños y niñas a respetar la diversidad.

Cada que un nuevo personaje con una personalidad es creado, Sesame Street busca abordar las problemáticas desde tres puntos: Uno, ayudar a entender la particularidad de la que se busca hablar; dos, demostrar las cosas que tiene en común los niños con alguna deficiencia y los niños con un desarrollo regular; y tres, desarrollar las herramientas para que los padres puedan convivir y entender a sus hijos diariamente y adecuadamente.

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