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Raphael se dice satisfecho con la vida, por lo que no tiene nada más que pedirle más que salud. Aunque el próximo 5 de mayo cumplirá 73 años, él afirma que se siente con la energía de alguien de 30.

“No tengo derecho de pedir nada de nada a nadie; la vida me ha dado demasiadas cosas y soy un hombre con la inmensa suerte de trabajar en lo que le gusta y me hace feliz, me llena y parece ser que esto que no tiene punto final por ahora”, refirió durante su visita a México.

El cantante español afirma que para él no existe la palabra retiro, como el caso de Vicente Fernández a quien pidió reconsiderar su decisión. Al contrario, con la misma entrega que ha hecho su trabajo, cuenta que es un deber que él mismo se impuso y que ha cumplido casi por completo en un camino limpio sin molestar a nadie.

“Normalmente sabré darme cuenta cuando debo de, porque no soy tonto, pero será una cosa tan lógica que no se enterará nadie y de pronto diréis ‘¿hace cuánto tiempo que no viene Raphael por aquí?’ es que me habré quedado en casa, pero no quiero llorar ni pregonar que es mi despedida”.

El 14 y 15 de mayo pisará nuevamente el Auditorio Nacional para presentar un espectáculo con una orquesta sinfónica para después ir a lugares como Guadalajara, Puebla y Monterrey y hacer lo propio con agrupaciones de cada estado. “Ya para mí estar en México es una alegría muy grande”, señaló quien presenta su disco Raphael sinphónico, el cual considera es su consentido.

“Es con el (álbum) que he soñado tantos años y que indudablemente ya había cantado, pero siempre en cosas puntuales y no pensaba tener una gira sinfónica a nivel mundial, es lo máximo que podré conseguir en mi carrera”.

El intérprete de “Qué sabe nadie” (tema que cumple cinco décadas a principios de marzo) explicó que esperó tanto tiempo para cosechar la experiencia que una puesta en escena de esta importancia merece además que sus canciones son grandes y no “juguetitos” por lo que en este formato salen ganando.

“No me atrevía. Lo hubiera hecho a los 25 años y no hubiera sido igual. Había que esperar al momento grande que tengo hoy en mi vida y en mi carrera no sólo por la experiencia sino porque afortunadamente la voz me acompaña; naturalmente con la experiencia uno tiene mucha edad y ya las condiciones vocales no están, sin embargo las mías sí. Hay que curtirse muchos años en el escenario”.

Seguirá en el cine. Darle vida a un villano en el filme de Álex de la Iglesia, Mi gran noche, fue una experiencia tan grata que seguirá haciendo proyectos para las pantallas cinematográficas tal como lo hizo a principios de su carrera. Informó que lo próximo que haga no tendrá nada que ver y aunque no reveló detalles sí dejó en claro que todo lo que hace es por gusto personal, no por los premios.

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