¿Quién no ha escuchado alguna vez "My Way" en la voz de Frank Sinatra?. Y quien no lo haya hecho, la habrá oído en alguna de sus más de cien versiones. La que no tantos conocen es la original, en francés, "Comme d'habitude", o la primera adaptación al inglés, nada menos que de David Bowie.

Es sin duda una de las canciones más conocidas del mundo en la versión en inglés que Paul Anka realizó expresamente para Frank Sinatra, quien la convirtió en un enorme éxito que fue creciendo con los años hasta convertirse en la canción más emblemática de 'La Voz', de cuyo nacimiento se cumplen 100 años el próximo sábado.

Pero el precioso fraseo de Sinatra, que puso aún más en valor la adaptación de Anka, no hubiera sido posible si el francés Claude François no hubiera compuesto en 1967 una melodía a la que puso letra Gilles Thibaut.

Una letra de desamor en un contexto doméstico que no fue un gran éxito en Francia pero que llamó la atención lo suficiente para que en 1968 un artista recibiera el encargo de trasladarla al inglés.

Era nada menos que David Bowie, aunque en aquel momento conservaba su nombre real, David Jones, que tan solo había grabado un álbum, que no tuvo mucha repercusión, y estaba lejos de convertirse en el mito musical que es hoy en día.

Su "Even a fool learns to love", que hablaba de un amor juvenil y que destilaba melancolía por todos sus poros, nunca llegó a ser grabado porque el canadiense Paul Anka, que escuchó la canción de Françoise cuando estaba de vacaciones en Francia, compró los derechos de "Comme d'habitude" para hacer la versión en inglés.

Tras regresar de aquellas vacaciones, Anka tuvo una cena con Frank Sinatra, que le recriminó que no le hubiera escrito nunca una canción y también le confesó que pensaba seriamente en abandonar su carrera. Fue el impulso para escribir, en apenas unas horas, uno de los temas más famosas de la historia de la música.

"And now, the end is near And so I face the final curtain" (Y ahora, el final está cerca y me enfrento al telón final) eran las primeras frases de una canción que Anka escribió como si fuera Sinatra, en primera persona, y que se convertiría en el tema más simbólico de la carrera del cantante de Nueva Jersey.

En cuatro minutos y medio Anka plasmó una vida plena y la independencia de que siempre hizo gala Frank Sinatra. "I faced it all and I stood tall. And did it my way" (Me enfrenté a todo y me mantuve en pie, y lo hice a mi manera).

Unas palabras que reflejaban a la perfección la personalidad de Sinatra, que las convirtió no solo en su himno, sino en el himno de muchos de sus fans y de muchos otros artistas que desde 1968 la han versionado en todos los estilos posibles. Y en todos ha encajado a la perfección.

Por ejemplo la versión inicialmente paródica de Sid Vicious -incluidos desafinados- para pasar después a puro punk con una letra profundamente provocadora y sexual que publicó en 1978.

Y del príncipe del punk al rey. Elvis Presley interpretó con su profunda voz y su inimitable estilo una versión mucho más ortodoxa de "My way" y una de las más conocidas tras la de Sinatra.

También la han cantado artistas líricos de la talla de Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras, en un memorable trío, Andrea Bocelli o el grupo Il Divo.

Un estilo muy alejado del aflamencado de los Gipsy Kings o Isabel Pantoja, del más clásico de Raphael o Julio Iglesias -que hizo un dueto con Paul Anka- o de los toques mexicanos del gran Vicente Fernández.

En Latinoamérica se hicieron muchas adaptaciones de "My way" con letras en español que varían entre "A mi manera" o "Viví a mi modo", especialmente en Argentina, donde la cantaron Estela Raval -la voz de Los Cinco latinos- Maria Martha Serra o Cacho Castaña, además de Andrés Calamaro, que escogió el inglés y el estilo reggae para su particularísima versión.

Pero la mayoría de los cantantes han respetado el inglés de la adaptación de Paul Anka.

Es el caso de Robbie Williams, Celine Dion o Shirley Bassey. Y de Chris Mann, para cuyo álbum de debut Paul Anka adaptó la letra para que estuviera protagonizada por un joven con la vida por delante y no por alguien al final de su carrera, como es la de Sinatra.

Más originales, la versión con el violín como protagonista de André Rieu o la japonesa de una artista mítica de aquel país, Hibari Misora.

Pero si hay que elegir las mejores, las más potentes y las que más se readaptaron al estilo del intérprete, sin duda se llevan la palma las de dos grandes: Nina Simone y Aretha Franklin.

sc

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