El silencio de Héctor Bonilla en Televisa.

Algo pasa con Héctor Bonilla, o anda muy apurado o no tiene ganas de hablar. Desde que se anunció su regreso a Televisa (como actor y director de escena de una telenovela), Bonilla no ha querido dar declaración alguna, ni siquiera en los eventos públicos a los que ha acudido. En el estreno de la obra Jugadores, donde participa como actor, al término de la función desapareció del escenario y del teatro, ni siquiera acudió al cóctel. Ese mismo día pero unas horas antes, pasó lo mismo en la presentación de la telenovela Mi marido tiene familia. Días más tarde, en La retirada, donde él es el director, llegó al Teatro Milán y decidió ir directo a la sala; al final subió al escenario con el elenco y cuando acabó, de nueva cuenta se retiró por otra puerta.

Alfonso Herrera no tiene tiempo para la tv mexicana.

Al parecer Alfonso Herrera no tiene para cuando regresar a la televisión mexicana. Durante la presentación de la película El Elegido, la cual él protagoniza, explicó que debido a que está en espera del arranque de la segunda temporada de El exorcista y a que en mayo también llega la segunda parte de la serie Sense8, no puede comprometerse a nada por ahora. A pesar de que, reveló, tiene propuestas interesantes en México, no ha aceptado por falta de tiempo pero aseguró que no quita el dedo del renglón y le interesa seguir trabajando en el país.

Pedro Prieto le hace todo en la “artisteada”.

Pedro Prieto, conductor de Hoy, considera que en los tres años que lleva en México ha avanzado mucho en su carrera como actor, al menos en lo que teatro se refiere, porque cada vez que se sube al escenario el nivel de exigencia es mayor, sin importar que tres de las cuatro obras que ha hecho son para niños. “He tenido suerte que cada año he agarrado un proyecto teatral porque quiero compaginarlo; hoy el mundo de la “artisteada” es muy exigente y hay que saber hacer de todo”, dice el español.

La verdad a medias en Acapulco Shore.

Resulta que Acapulco Shore miente. No por el contenido del programa, sobre el cual por cierto se ciernen las mismas dudas que hay sobre cualquier otro reality en cuanto a la veracidad de los sentimientos que ahí se muestran, sino por el título. Resulta que la nueva temporada se grabó casi todo en la Rivera Maya y no en Acapulco, que se supone era un ingrediente importante del programa de realidad simulada. Pero como la marca ya está muy posicionada, se decidió dejar el nombre a pesar del cambio de locación.

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