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Toronto.— Los fans de Guillermo del Toro, muy querido en Canadá y donde actualmente reside y filma su nueva película The Shape of Water, se agolpaban esta mañana en la línea de los boletos del Festival de Cine de Toronto para conseguir una entrada a la proyección especial de El laberinto del fauno. La sala 2 del recinto fílmico estaba llena cuando Del Toro salió a presentar la cinta y contar algunas de la anécdotas que la hicieron posible cuando todo iba cuesta arriba.
“Con la películas nunca sabes qué es lo que va a suceder, es muy difícil poder predecirlo. Siempre digo que hacer cine es un deporte de persistencia y resistencia en el que te planteas una carrera de kilómetros y de pronto tienes una fractura y no puedes hacer más que 100 metros y te sientes tonto.
“Es una profesión brutal”, contó el cineasta para el que su película más exitosa estuvo rodeada de desgracias.
“Pasó todo lo que podía ir mal: hubo peleas, quebramos económicamente, tuvimos que vender todo lo que teníamos para poderla terminar, pero era una película que tenía que hacer, que me nacía del estómago, que por cierto, es muy grande (risas)”, explicó el director. Esa experiencia, dijo, lo llevó a reflexionar sobre lo diferente que es hablar de la violencia de acuerdo al país en el que estás.
“Mientras que la violencia en los países anglosajones tiene un significado, en Latinoamérica es algo que se vive todos los días”.
Incluso su amigo Alfonso Cuarón le dijo que era casi imposible que lograra hacer el filme.
“Le llevé el proyecto a Nueva York donde él estaba terminando Children of men y cuando lo vio me dijo, ‘pero Guillermo, esto es inviable’ y es que era cierto, no tenía ni pies ni cabeza. Yo en broma le decía que aunque fuera me comprara unos negativos para filmar. Sin embargo, tiempo después, cuando la vio, le encantó y terminó por sumarse a ella”, recordó.
“Creo que en el cine hay dos formas de trabajar como director: puedes hacer las películas que necesitas para triunfar o puedes hacer las películas que te necesitan. Estas últimas pueden estar llenas de dolor, de frustraciones, de fracasos pero que vienen desde dentro y es imposible no hacerlas. Lo mismo me pasó con The Shape of water que es la película que estoy filmando ahora con Doug Jones. Por muchos años pensé que era un director de películas de horror pero después me di cuenta de que en lo que de verdad estoy interesado es en la poesía negra. Creo que El Laberinto... es una cinta que habla de que no tienes que tener un mundo de fantasía para escapar de la realidad sino para entenderla”.
Proyecto. Acerca de la nueva película que está filmando actualmente, Del Toro también contó a EL UNIVERSAL: “Estamos en plena filmación y lo cierto es que está siendo mucho más fácil que las anteriores. Mis peores experiencias fueron Chronos y El laberinto del fauno. Esta es una película muy diferente, situada en 1963, en la época de la guerra fría y es un filme más pequeño, más controlado. Lo cierto es que la carrera de un cineasta es lo que pasa y se hace posible mientras trabajas por crear otros proyectos.
“Todos me imaginan sentado como un emperador en una silla decidiendo qué proyectos quiero hacer y lo cierto es que esta profesión no tiene nada glamoroso. Te la vives luchando por lograr que la gente crea en lo que quieres hacer, que te den el dinero para hacerlo y por demostrar que valió la pena”, dijo el director que aseguró que él sigue decidiendo con la intuición y la misma pasión cómo cuando tenía 21 años.
“Mi siguiente película siempre es una mezcla de qué quiero aprender, de qué tengo curiosidad. Pero sí tiene que ser algo que me muera por hacer. Decido visceralmente”.
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