Si hubiera que enlistar los adjetivos para describir a Robert Redford dos párrafos no serían suficientes.

A lo largo de su vida, el originario de Santa Mónica, California, se ha ganado diversos motes, pasando de ser considerado un sex symbol en su juventud, a convertirse en un prominente histrión en su edad madura.

Además de probar suerte la actuación, Redford, quien este jueves cumplirá 80 años de edad, es productor, director, ecologista, deportista y luchador social, así como promotor del cine independiente y sus artífices.

Sin él quizá no se descubrirían año con año a los nuevos talentos de la cinematografía mundial.

Redford tuvo desde hace tres décadas la visión de impulsar a los nóveles talentos cuando pocos apostaban por ellos.

Creó con sus propios recursos Sundance, considerado actualmente uno de los semilleros de talento más importantes del cine, además de que sirve como pantalla para aquellos que desean que sus trabajos lleguen a diversas latitudes del mundo.

Aunque hoy su mente y tiempo están en promover a los nuevos talentos, esto no siempre fue así, pues como el mismo dijo en más de una ocasión: “Ser actor jamás estuvo en mis planes, simplemente se dio”.

El actor nació a las afueras de Hollywood, sin la mirada fija en ser una estrella de la pantalla grande, quizá por ello tras conseguir una beca para asistir a la universidad y abandonarla por sus excesos de juventud, se fue a dar la vuelta al mundo, sin pensar en que sería de su futuro.

“Nunca quise ser actor, yo nací al lado, no estaba en mis planes convertirme en actor y menos en promover el cine”, detalló hace unos meses a la revista Esquier.

Eso no impidió que a su regreso a Estados Unidos fuera descubierto en Nueva York y ayudado por su cabellera rubia, buen físico y ojos claros consiguiera sus primeros trabajos en cintas como War Hunt o que a los 30 años participara al lado de Natalie Wood en La rebelde.

En su filmografía existen casi 50 largometrajes, la mayoría llevando el rol principal y por cuyo desempeño ha logrado estar cuatro veces nominado al Oscar.

Lo ha ganado en dos ocasiones, una como Mejor Director en 1980 por Gente como uno (Ordinary people) y otro honorífico en 2001.

Aún con todo esto a su favor, Redford se ha negado a formar parte del mainstream; dice que no tiene nada en contra del glamour y parafernalia de Hollywood, pero él desea abogar por la diversidad en la meca del cine.

Por ello, todos los eneros desde 1980 a través de Sundance busca animar a los jóvenes creadores a seguir haciendo cine.

“Sundace nació con la finalidad de impulsar y hacer que el mundo cinematográfico sea diverso, ya que “diversidad” viene de la palabra independencia y aquí siempre trabajamos con base en ese principio”, dijo el actor durante la inauguración de la edición 2016 del festival.

Su pasión por los nuevos creadores a través del encuentro fílmico también se mezcla con su amor por el medio ambiente. Muestra de ello es Rocky Mountains de Utah, lugar en el que se lleva a cabo el festival. Una reserva ecológica protegida que desde hace décadas Robert ayuda a preservar.

A punto de cumplir 80 años, Redford ha dicho que no se arrepiente de ninguna decisión profesional que ha tomado, aunque en el ámbito personal no pasa lo mismo, aunque ha dicho eso es parte de se intimidad y por ello nunca lo contará.

Redford aún coquetea con los blockbusters de vez en cuándo; hace dos años apareció en Capitán América: Soldado del invierno, este año junto a Disney hizo Mi amigo el dragón y en 2017 será parte del filme de ciencia ficción The Discovery, donde será un científico que buscará demostrar que hay vida después de la muerte.

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