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Cinematográficamente hablando cada año se divide en tres partes: el trimestre inicial, cuando se congestionan los premios (desde los de sindicatos de la industria hollywoodense hasta los de festivales como Berlín). Luego sigue el verano (que ya comienza en marzo) e invierno (que inicia por ahí de septiembre-octubre).

El verano promete ser esta vez para la mega producción Batman vs. Súperman, el origen de la justicia (2016, Zack Snyder), el probable filme más caro en la historia del cine (415 millones de dólares y contando), lo que ha generado nerviosismo en Hollywood. Su estreno está programado para el 24 de marzo. Una apuesta arriesgada que anuncia otra igual para diciembre 16: Rogue one: a Star Wars Story, esa saga que ahora se antoja infinita.

En lo que el verano y el invierno llegan, los cada vez más predecibles Oscar del 28 de febrero, que se adivinan con cada alfombra roja desde los Globos de Oro, hasta todos y cada uno de los sindicatos, siguen siendo —ni modo— los dominantes.

La lista es amplia. Mad Max, furia en el camino (2015, George Miller), favorita por su espectacularidad sin pretensiones. Puente de espías (2015, Steven Spielberg), ejercicio neoclásico de los que la academia hollywoodense apoya. Yo, él y Raquel (2015) del mexicano estadounidense Alfonso Gómez-Rejón, trabajo algo menospreciado del que se espera que la Academia tenga un gesto como mejor guión o algo parecido, por su espíritu independiente. Steve Jobs (2015, Danny Boyle), por su notable adaptación y el actor Michael Fassbender. Intensamente (2015, Pete Docter & Ronnie del Carmen), la cinta animada del año. Misión rescate de Ridley Scott, discreta pero eficaz. Sicario. Tierra de nadie de Denis Villeneuve, devastador y violento ejercicio policial. Pacto criminal (2015, Scott Cooper), renovadora historia de gángsters con inspirada actuación de Johnny Depp, ninguneado donde siempre fue favorito: los Globos de Oro.

Entre los que en breve se estrenarán están Los ocho más odiados de Quentin Tarantino que suena por Jennifer Jason Leigh, quien tendría un segundo aire en su carrera igual que hace dos decenios John Travolta lo tuvo en una película precisamente de Tarantino. Asimismo, La chica danesa de Tom Hooper, que puede significar su segundo Oscar al hilo para Eddie Redmayne, gracias al complejo papel estelar y a su relación con la nueva chica prodigio Alicia Vikander, quien cerró con éste un excelente año. Las protagonistas de Carol (2015, Todd Haynes), Cate Blanchett y Rooney Mara, parecen en caballo de hacienda hacia sus nominaciones; al igual que En primera plana (2015, Tom McCarthy), filme por lo pronto favorito de la crítica por su temática: ¿quién no ama una buena historia protagonizada por periodistas que al hacer una denuncia sacuden hasta sus raíces a las instituciones?

Todo esto lo corona The Revenant (el renacido), la nueva película de Alejandro González Iñárritu con Leo DiCaprio. Junto con La habitación, La gran apuesta y Joy: el nombre del éxito, de David O. Russell, conforman un grupo sólido de películas contrarias a los esquemas de la superproducción dominante. Y aquí es donde radica la duda, ¿qué hará la Academia frente a maduras propuestas como Beasts of No Nation (2015, Cary Fukunaga) producida por Netflix? ¿Y habrá justicia para Bryan Cranston, por su papel en Trumbo, actor destacado en muchos papeles secundarios en televisión que tiene su mejor momento?

En el terreno nacional las expectativas son ver ese traspaso de la telenovela al cine: Las Aparicio; el documental de Peter Greenaway sobre Eisenstein en Guanajuato; Desierto, el segundo filme de Jonás Cuarón, y Chronic de Michel Franco. Una agenda que se antoja abultada nada más para los próximos tres meses.

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