Más tranquila por la detención de los sospechosos de atracarla a punta de pistola el pasado mes de febrero, Kim Kardashian se ha llevado un nuevo disgusto.

La policía francesa aseguraba a su equipo de abogados la imposibilidad de dar con el anillo de diamantes, valorado en cuatro millones de dólares, y el resto de joyas que le fueron sustraídas durante el asalto que sufrió en un apartamento de lujo de París. "La única manera en la que volverá a ver el anillo será en fotos", escribe el portal TMZ tras hablar con los defensores de la celebridad de 36 años.

Las autoridades galas confirmaron que la mayoría de piedras preciosas fueron enviadas al distrito de Amberes (Bélgica), conocida por la ciudad de los diamantes. La ciudad belga desempeña un papel clave en la industria y comercialización de diamantes desde el siglo XV y en la actualidad acoge el mayor centro comercial de diamantes del mundo, con más de 1.500 joyerías en poco más que un kilómetro cuadrado.

En cualquier caso, las alhajas estaban aseguradas, por lo que la reina de los selfies podrá volver a adquirir las mismas piezas en el futuro. Además, con los más 40 millones de dólares que factura al año no tendrá que apretarse mucho el cinturón para darse un capricho, o dos.

A última hora de ayer, martes 11 de enero, las autoridades francesas dejaban en libertad al chofer de Kim Kardashian y otras dos personas detenidas relacionadas con el brutal robo.

Sin embargo, el hermano del conductor y otras 13 personas más siguen retenidas y están siendo interrogadas. La policía no descarta que alguien del entorno de la mujer de Kanye West esté relacionada con el ataque. Asimismo, se está barajando que el juez instructor viaje a Estados Unidos para tomar declaración a la celebridad.

rad

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