El lavado de dinero es una de las operaciones más efectivas del crimen organizado para garantizar sus ingresos y eliminar dudas sobre el origen de los mismos. El dinero obtenido a través de actividades ilegales fluye en la economía nacional y contribuye a su dinamismo, sin embargo también permite que el ciclo criminal se preserve en el tiempo con los consecuentes daños a la sociedad mexicana.

En esa lógica, a pesar de lo nocivo que es el lavado de dinero para el país, hay industrias en las que este delito ocurre de manera más frecuente debido a los flexibles controles legales en los que se enmarcan. Como da a conocer hoy EL UNIVERSAL, las empresas joyeras son las más renuentes a cumplir con la nueva ley antilavado a pesar de que son de las más vulnerables hacia este ilícito.

Hace unos días, el Grupo de Acción Financiera contra el Bloqueo de Activos (GAFI) publicó el Informe de Evaluación Mutua de México, en el que señala los buenos avances que nuestro país ha tenido en materia de lavado de dinero desde 2008, año del reporte anterior, aunque especifica las áreas en las que debe esforzarse con miras combatir efectivamente este delito.

De acuerdo a los especialistas, a pesar de que México tiene un sólido régimen antilavado, la corrupción sistémica es la principal amenaza para combatir el lavado de dinero. Es decir, aun cuando el marco legal y el diseño institucional son adecuados para atacar este delito, las personas que intervienen en los procesos son quienes facilitan que el lavado de dinero permanezca en el entorno.

No debe perderse de vista que el estricto control sobre lavado de dinero puede contribuir enormemente a reducir la inseguridad. Si el marco legal y los procedimientos se implementaran adecuadamente, en coordinación entre las instancias del Estado, se lograría identificar a personajes sospechosos de pertenecer al crimen organizado, se cortaría el flujo de recursos a la delincuencia y, por lo tanto, se reduciría su capacidad de maniobra.

La cooperación de las empresas, de las industrias, para combatir el lavado de dinero es fundamental. Se trata de agentes que, aliados con los gobiernos en este aspecto, pueden realizar grandes aportaciones en la prevención, persecución e investigación de delitos relacionados. Además, el uso de la tecnología puede facilitar enormemente la generación de inteligencia contra el lavado de dinero.

El gran obstáculo es la corrupción detrás de las posibilidades económicas que ofrece a los grupos criminales lavar dinero. Las acciones coordinadas entre los distintos gobiernos, de la mano de las empresas que presentan mayor vulnerabilidad y con el soporte de la tecnología adecuada, el delito puede reducirse de forma significativa en favor de los mexicanos. ¿Existe la voluntad de hacerlo?

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