SANTA BÁRBARA, CA. — Receta para combatir la depresión: agarra un avión a Tijuana, cruza el CBX, consíguete un Mustang (rojo, de preferencia) y toma carretera por toda la costa hasta encontrar las montañas de San Simeon. Escucha bramar a los leones marinos y duerme con el romper de las olas en Morro Bay. Ve solo, habla solo y piensa, piensa, piensa, tomando un Sauvignon Blanc o un Pinot Noir en el muelle de tu preferencia. La costa de California te guardará todos los secretos. Cuando sientas que ya te desahogaste (y bebiste) lo suficiente, ve a Santa Bárbara, que parece un gigante set de Hollywood, sigue la ruta de los místicos chumash y disfruta la brisa en el Harbor...

Vine a Santa Bárbara porque se rumora que aquí no existen las penas. Por algo los locales llaman a su estilo de vida, simplemente, “california cool” porque la sensación de libertad que da la costa en sus playas vírgenes se conserva en cada pequeño poblado, rancho o viñedo, oasis pintorescos de calma y belleza que acompañan al visitante.

Entre Los Ángeles y San Francisco, en los condados de Santa Bárbara y San Luis Obispo, están las joyas escondidas de la costa central, alejadas del bullicio; un lugar de montañas pedregosas que enmarcan la rebeldía del mar, donde habitan ballenas azules y jorobadas, focas, leones y elefantes marinos, que comparten las olas con los surfistas. Incluso en los puertos más grandes como Santa Bárbara, nada afecta su esencia relajada, en la que todos sonríen y nadie tiene prisa.

Santa Bárbara, a 90 minutos de Hollywood, es conocida como The American Riviera. Es una ciudad con gran herencia hispana y mexicana, descubierta en 1542 por el explorador portugués Juan Cabrillo y evangelizada en el siglo XVIII por Fray Junípero, quien estableció aquí la más importante de las 21 misiones en la Alta California, habitada por los indios chumash.

Perteneció a México por 24 años y se añadió a Estados Unidos en 1846. Hoy es uno de sus destinos más glamurosos, estilo heredado de los añejos tiempos en los que antecedió a Hollywood como la meca del cine silente. Actualmente, tiene una gran afluencia de jóvenes, por la Universidad de Santa Bárbara, conocida como City College.

Viaja por carretera, te recomiendo hacer algunas paradas en Santa Bárbara y, después, seguir hacia , tierra de viñedos y de elefantes marinos.

1. Stearn Wharf

. El muelle comienza en la Fuente de los Delfines (obra de Bud Bottoms, mismo escultor que hizo la fuente de delfines de Puerto Vallarta) y se extiende para albergar tiendas, restaurantes y bares. Hasta el final está el mejor tasting room de la ciudad: Conway Wineries & Deep Sea, que tiene un bar con vista a la costa. Toma un catamarán o una lancha privada para el tour de avistamiento de ballenas, o el taxi marino que llega hasta The Harbor.

9 razones para viajar a Santa Bárbara: aquí se quitan las penas
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(Foto: Meinzahn)

2. The Harbor.

Es tan popular como el muelle, pero con mucho caché. Recomiendo rentar un kayak, jet ski o hasta un velero. Y, para comer o tomar un trago, dale una oportunidad al Endless Summer Bar o a cualquiera de los nueve spots gourmet.

3. Surf en la costa

. Las playas más afamadas para los surfistas son Arroyo Burro Beach (nadie sabe el origen de su nombre) y Butterfly Beach, cerca del City College. Sus olas son de las más grandes de la Costa Oeste; llegan a medir hasta 10 metros. Si quieres aprender a surfear, en el Harbor hay varias escuelas. La clase cuesta entre 80 y 100 dólares.

Como en las series de televisión, cada playa tiene una pequeña casita de salvaguarda, un básico californiano ideal para las selfies. Ya que hayan cerrado después de las seis, sube en una de ellas a disfrutar la vista durante la puesta del sol.

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(Foto: Istock)

4. The Old Mission

. La cereza del pastel es La Misión, el edificio histórico más importante de Santa Bárbara, rodeado de un jardín de flores y un patio de eventos. Toda la historia hispánica de California está aquí y podrás visitar las celdas de los monjes franciscanos.

5. The Funk Zone

. s la zona más trendy, de pequeñas cuadras y casitas coquetas que funcionan como restaurantes, bares o salones de cata, para pasar un buen rato y beber vino o cerveza locales. Te recomiendo ir a la pizzería Lucky Penny para el lunch. Por la noche, el lugar del momento es The Lark, por su enorme barra y espacioso patio. El DJ es buenísimo.

6. Urban Wine Trail.

Es así como se le conoce a los salones de catas de las vinícolas donde puedes beber desde una copa hasta una degustación de seis vinos o un maridaje (la cata sola tiene un costo de 12 dólares). Hay 52 casas en toda la ciudad, pero solo en Funk Zone hay 25, la más antigua es Santa Barbara Winery.

7. Wellness. 

Santa Bárbara también es famosa por su turismo espiritual, ya que su calma invita a hacer yoga en la playa o las altas montañas, o jogging en el puerto. Lo de hoy es Salt, un spa donde se ofrece la terapia de sales rosas del Himalaya, ya sea en masaje, facial o en una sesión de meditación. Esta última se hace en un salón construido totalmente con sales y con musicoterapia. En 45 minutos no solo te relajas, sino que la respiración se purifica por las sales que se liberan en el ambiente.

8. Shopping. 

Sobre State Avenue está el centro comercial Paseo Nuevo, ideal para ir de compras e imitar ese look California cool de la costa, con tiendas como Angl y Cozy Fox, que venden minivestidos holgados con estampados. En California no se usan los entalles, pero sí las flores, al igual que las mangas con holanes y las blusas off shoulder.

9. Si te animas a un corte de pelo

, Saje y Layla acaban de abrir y prometen el mejor tinte balayage con mechas ab libitum. A lo largo de State Street y hasta Montecito, encontrarás boutiques de autor y diseño local.

Y ahora tomamos camino a . ¿Sabías que tiene 222 viñedos y un santuario de elefantes marinos?

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