En pleno Caribe, habita un mundo de concreto. Son figuras de hombres, mujeres y niños que fueron modelados y puestos bajo la superficie con una misión: generar vida formando arrecifes artificiales. Se trata del Museo Subacuático del Arte.

En total, tiene aproximadamente 500 esculturas, esparcidas por dos zonas: Manchones es casi exclusiva para buzos, pues se oculta a ocho metros de la superficie; pero Punta Nizuc es muy amigable con los pequeños, y les permite conocer a sus pobladores submarinos.

De hecho, existe una embarcación diseñada para los niños (o para un adulto que tema sumergirse en el mar). Se llama Subsee, y aunque ofrece una vista privilegiada de un submarino, en realidad es un bote de dos niveles, con ventanas de cristal en la parte inferior. Avanza sobre las 20 estatuas de la galería Nizuc que están a cuatro metros de profundidad. En ellas, ya se alcanza a distinguir la invasión de los corales. Peces de colores rondan el barco. Los que de pronto se animen a nadar, pueden echar un vistazo a las figuras con ayuda de equipo de esnórquel, justo antes de que el Subsee regrese a la costa, a través de canales de manglares.

A 10 minutos del punto donde parte el tour (la marina de la empresa Aquaworld), está el hotel Grand Fiesta Americana Coral Beach. Aunque no es un “todo incluido”, su club de niños destaca por la ambientación, tecnología y enfoque en el aprendizaje. Es para chavitos de tres a 12 años, repartidos en dos segmentos de edad. Para ambos hay actividades creativas, como manualidades, shows y entretenimiento con gadgets.

Hace un par de semanas se estrenó una “selva” ambientada en el exterior del club, con todo y un río ficticio, cascadas y hasta los restos fósiles de un dinosaurio.

Precio del tour en SubSee, con esnórquel: 899 pesos por persona.

Web del hotel:

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